SPOILER ALERT! Ante todo, si no habéis visto alguna de las películas de los tres carteles que ilustran estas palabras, ¡no sigáis leyendo!
Así, sin pensarmucho, deben ser tres de los finales que más me han hecho llorar en un cine o en el salón de mi casa. Lo curioso es que cada uno de ellos lo hace por un motivo distinto. "City Lights" de Chaplin consigue un estallido de lágrimas perfectamente calculado por Charlie, pero está tan bien hecho y son tan reales los sentimientos que consigue arrancar del espectador que al menos yo no tengo manera de evitarlo por muchas veces que vea la película. The Tramp consigue por los medios más nobles y honestos ser correspondido por su amada y finaliza la película con absoluta sensación de buen rollo.
Segundo final: "An Affair to Remember" de Leo McCarey (su versión del 57). Cary Grant, Deborah Kerr..., imagino que conocéis la historia. Lo queempieza como una deliciosa comedia romántica se transforma al final en drama de proporciones apocalípticas. Qué mala suerte la de Deborah, y qué gesto y qué mirada la de Cary Grant cuando se da cuenta de lo que se da cuenta. Para ver una y otra vez, si es que nuestra cinefília está complementada con buenas dosis de masoquismo. Pero al fin y al cabo, no está todo perdido... queda un atisbo de esperanza ya que por lo menos los dos continúan juntos. O eso espero.
Para finalizar, en "The Bridges of Madison County" no hay ni final feliz, ni atisbos de esperanza, ni nada. Sólo desolación absoluta. Otra historia de amor de verdad, que acaba con Clint Eastwood parado bajo una lluvia torrencial mientras observa cómo desaparece Francesca para siempre y se dirige hacia la precaria seguridad en la que convirtió su vida bastantes años atrás. No hay sentimiento más devastador que el de la pérdida de alguien que amas y Clint lo demuestra mejor que nadie en esa escena inolvidable.