De 12, 15 y 16 años. A las 7 de la mañana regresaban de una fiesta caminando por el estrecho arcén de una carretera y un energúmeno, borracho, las ha atropellado matándolas.
Hemos permitido que se consolide un modelo de diversión que pasa por la madrugada, la muchedumbre, el ruido y el alcohol (con esos ingredientes nunca se hará un buen cóctel); pobre de quien no se integre en él: si es el joven quedará marginado, si son los padres tendrán serios conflictos con sus hijos.
Podrían volver a los guateques de los 60: hogareños, menos gente y desahogo de hormonas adolescentes, que es de lo que se trata.