Revista Política

Tres minutos o ciento sesenta horas

Publicado el 20 marzo 2013 por Noostradamus
Nuevos tiempos, nuevos empleos, el reciclaje garantiza el empleo, por muy precario que sea. La moda es eso de los Community Manager, eso, y el e-commerce, que son palabras de gran impacto aunque la segunda se puede reemplazar por comercio electrónico. Lo de los primeros no se sabe que hayan funcionado en España más allá de la demostración del nivel de vacío mental que suelen tener los que a dedo son designados para tales labores en el único sitio donde existen las mismas, en los partidos políticos. Lo han hecho tan bien que todos han logrado perder votos por transmitir la imagen de que los partidos integran auténticos bobos para asignarles labores inventadas que nunca llegarían a desarrollar fuera de la burbuja protectora del aparato que acoge a los hijos tontos enchufados de alguien del mismo aparato. A fin de cuentas hay que ser bastante imbécil para escoger imbéciles que pongan en evidencia tu falta de luces junto con la suya.
Es dudoso que en las redes sociales que son básicamente horizontales acepten que les pongan de boina a unos presuntos líderes gestores de redes sociales que les impongan el argumentario del día, se nota demasiado porque se recibe ya por todos los demás medios, y se nota tanto que no funciona. Además las redes sociales son usadas para asuntos tan personales como subir las propias fotografías, cosa de la que muchos al cabo del tiempo se arrepienten, sobre todo cuando aparecen totalmente borrachos o en similares situaciones. Por lo demás, una red social precisa apuntarse a ella para comunicarse con gente, necesidad que no se extiende a la totalidad del personal. Los chavales las usan como usaban antes otros sistemas de mensajería instantánea, para mantener charlas juveniles sin adultos, pero desde la comodidad de la casa. Si algo caracteriza a la muchachada española es que no tienen un puto euro, basta con ver las cifras de desempleo, aunque se excluyan a los de edades entre 16 y 18, que siendo pocos aportan un porcentaje del 70% de paro en su sector de edad.
No tiene mucho sentido meter el comercio electrónico con la gestión de grupos de usuarios en una red social, a saber cuantas horas se dediquen a estudiar la gestión de un servidor de comercio electrónico, o con qué lenguaje y bases de datos van a hacerlo, los contenidos parecen todos teóricos y no se habla de nada de esto por ningún lado. Ajá, ahí está, al final, la práctica del curso consiste en hacer una tienda en facebook, que es en lo que se queda el comercio electrónico. Parece mentira que el contenido de un artículo sobre cómo hacer su tienda en Facebook en unos minutos se convierta en un presunto curso de comercio electrónico para desempleados. Es cierto que se vendían como la panacea de acceso de cualquiera a abrir un comercio electrónico en el año 2011, pero al año siguiente la noticia era que no había funcionado, que la gente reaccionaba como si les fueran a vender interrumpiendo una reunión de amigos, lo cual es normal teniendo en cuenta que el sistema se vendió como una red social y no como la suscripción a un servicio de publicidad no deseada e inoportuna. Todo un mercado en España compuesto de jóvenes parados sin ingresos o estudiantes con menos aún.
Por fortuna el asunto queda restringido a parados menores de 30 años, no cualificados y sin formación, que al parecer abarca desde tener estudios elementales (o no) hasta tener acabada la educación secundaria post obligatoria, es decir el bachillerato. Todo esto a lo largo de 160 horas de las cuales 90 son de prácticas "profesionales no laborales", ¿qué coño es eso de profesional no laboral?. Llegados al extremo, puede que alguien necesite 160 horas para explicarle a un parado sin estudios de ningún tipo cómo crear una tienda en facebook, pero es posible que no encuentre a ningún joven con el bachillerato acabado que no sepa hacerlo. A saber quienes son los que establecen los criterios para considerar que esta formación permita acceder a empleo alguno a un parado, pues los usuarios de facebook no necesitan que les cuenten la película y los que no lo son tampoco, por no poder acceder a las tiendas desde fuera de la red social, que al parecer las detesta. Y si encima son pobres que no tienen para gastarse nada, más contentos que se pondrán con el vendedor de no sabemos qué artículos aunque a éste le hayan regalado la tienda en facebook porque las sabe hacer cualquier usuario y se la montó su sobrino en un momento. Muy bien pensado el curso, tiene ingentes salidas laborales como empleado por cuenta ajena y como emprendedor trabajador autónomo por cuenta propia. Como si hubieran hecho un curso de asesor de políticos para parados no pertenecientes a partido alguno. No tiene salidas.
Remata la jugada el que sean las oficinas de empleo las que envíen mensajes de móvil a los demandantes inscritos para ver si se apuntan al curso, independiente de que los criterios de selección no se ajusten en ningún punto con el perfil del destinatario del mensaje. Alguien habrá cumplido con su obligación de enviar mensajes de móvil a los parados y a la vez no lo ha hecho en realidad, seguro que cobrará su sueldo por no hacer su trabajo. En esto es en lo que se va a gastar el dinero de formación a desempleados que se da desde la UE, a saber a cuanto se piensa facturar la hora de formación para aprender a hacer una tienda de facebook en 160 horas de las cuales 90 son de prácticas no laborales, es decir, no orientadas al empleo si no al "no empleo". O es que se ha rebajado tanto el nivel del curso para adaptarlo a los potenciales alumnos sin estudios de ningún tipo que necesitan más de ciento cincuenta horas para enterarse de lo que se hace en minutos o alguien ha adornado con palabras de moda algo cuyo contenido no cumple los requisitos mínimos de suponer una formación que permita que la persona que recibe el curso encuentre un empleo.
Estaría bien saber las cifras de resultados de los cursos a desempleados en empleos estables durante los últimos cinco años, no vaya a ser que se den muchos y ninguno obtenga resultados aceptables. Quien dice cinco dice veinte. ¿A cuánto asciende la broma en euros?, ¿no será una malversación gastar el dinero de la formación sin que le sirva para nada al destinatario de la misma?. Al final parece que hay cursos que se montan para beneficio exclusivo de quien lo organiza por muy inútil que sea su contenido para quien lo realiza y los comerciales, se los ponen los contribuyentes. Estas cosas nunca son errores.

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