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“TRES SOLDADOS” de John Dos Passos. A los 100 años del inicio de la Gran Guerra

Publicado el 29 septiembre 2014 por Juancarlos53

Ejército, Alistamiento, Soldados

Póster con el que se incitaba a alistarse

Esta novela del norteamericano John Dos Passos es un alegato antimilitarista con el que su autor quiso denunciar el optimismo que se generó en los USA tanto cuando el presidente Woodrow Wilson decidió entrar el año 1917 en la Guerra Mundial, como cuando la misma finalizó con la victoria de los aliados. La maquinaria militar, en especial el Ejército y su jerárquica organización, aparecen en “Tres soldados” como laminadores de la individualidad y especificidad del ser humano. Las personas desaparecen bajo los uniformes anuladores de la personalidad, la repetitiva instrucción y la obediencia ciega  a cualquier orden que proceda de un superior esté éste en sus cabales o no.
Sinopsis:Tres jovencísimos muchachos, Andrews, Chrisfield y Fuselli, coinciden en el campamento americano de instrucción en las proximidades de San Francisco. Se han alistado voluntariamente entusiasmados por la idea de defender la democracia y la libertad ante los desmanes de los boches (alemanes):
"Claro que todos hablaban de ir al frente para salvar al mundo por medio de la democracia. Decían que si uno no se alistaba, nunca podría ganarse la vida honradamente con su negocio.
Pronto la rutina de la instrucción se les hace tediosa y desean que los manden a Europa para entrar en acción. Cuando esto sucede habrán de viajar primero en USA de costa a costa apilados en un tren como si fuesen cabezas de ganado. En la costa atlántica les embarcarán en un mercante que los llevará hasta Francia en condiciones insalubres. Llegados allí pasarán largo tiempo en el campamento de la localidad de Cosne, próxima a Orleans al sur de París. Poco a poco su entusiasmo combativo se va enfriando al escuchar las conversaciones de quienes ya han tenido experiencia en el frente. Pese a ello aguantan y cada uno habrá de sobrevivir en el ambiente anulador que supone el Ejército: Fuselli, deseoso de hacer carrera en el mismo, verá frustradas sus aspiraciones lo que le hará caer en una total apatía; Chrisfield sólo soportará la estancia allí porque ha de dar cuenta de alguien que lo humilló en su primer campo de instrucción; y Andrews, el más culto de todos ellos, deberá de perder la dignidad para lograr escapar del servilismo y esclavitud que le supone la estancia diaria en el Ejército. Estos dos últimos tendrán experiencia bélica y no acaban de entender qué tiene que ver defender la democracia con matar seres humanos –los boches enemigos- que han acudido al frente engañados como ellos por sus mandos y políticos.

“TRES SOLDADOS” de John Dos Passos. A los 100 años del inicio de la Gran Guerra

Portada de la edición que leí la primera vez 

Comentario:“Tres soldados” (1921) es la  segunda novela que publicó Dos Passos; la primera apareció en 1919 (“Iniciación de un hombre: 1917”). En ambas el relato se centra en la crítica antibelicista tras la experiencia vivida por el propio novelista como conductor de ambulancias en la contienda. Aunque estas narraciones tuvieron cierta repercusión en su país, el éxito no le llegará hasta 1925 con la aparición de “Manhattan Transfer”, novela en la que el autor introduce gran variedad de innovaciones estilísticas y argumentales. Tras “Manhattan Transfer”, su mejor obra, Dos Passos escribirá otras más entre las que destaca su “Trilogía USA” -compuesta por “Paralelo 42”, “El gran dinero” y “1919”- en la que muestra su espíritu crítico ante la deriva monetarista y consumista en la que la sociedad americana entró durante las tres primeras décadas del siglo XX.
En “Tres soldados” apenas si se entreven las innovaciones estilísticas que harían de Dos Passo el gran escritor que es. Sí puede decirse que el personaje colectivo –característica esencial de “Manhattan Transfer”- se vislumbra aquí, si bien en forma de Ejército en cuyo interior desaparecen fagocitados por la estructura militar las individualidades de los soldados que lo constituyen. También puede percibirse la construcción en contrapunto al llevar a la par las historias de los tres soldados, aunque el peso fundamental de la narración recae en John Andrews sin lugar a dudas trasunto del propio escritor. Así mismo cabe señalar el acercamiento a una construcción en secuencias al estilo cinematográfico; pero John Dos Passos aún no se decide del todo a ello y la novela tiene un formato constructivo propio de la narrativa finisecular, concretamente su contenido se distribuye en seis partes de entre cinco o seis capítulos cada una, si bien dentro de ellos los cambios espacio-temporales se presentan al modo de secuencias cinematográficas. Por lo demás “Tres soldados” es una novela de construcción tradicional con una estructura lineal y que tiene un tiempo narrativo de unos dos años, los que van de 1917 fecha de la entrada de los Estados Unidos en la conflagración a la primavera o verano de 1919, momento en que parte del ejército americano  tras el armisticio de noviembre de 1918 queda acantonado en Francia como ejército de ocupación.
Temas
Sin lugar a dudas, el interés e importancia de la novela es más temático que estilístico. Varios son los motivos que cabe destacar en el  relato:

“TRES SOLDADOS” de John Dos Passos. A los 100 años del inicio de la Gran Guerra

     üAntitimilitarismo.- Los tres personajes y otros muchos soldados que les rodean luchan por escapar de la asfixia que les supone la disciplina militar. Casi al final del relato Andrews al observar a un chiquillo piensa lo siguiente: 
     "Un muchacho vadeaba las aguas pescando con una red. Andrews observó la agilidad con que la lanzaba. También aquel muchacho sería un día soldado. Su cuerpecillo sería introducido en un molde que le transformaría en un cuerpo exactamente igual a otro; sus ágiles movimientos se harían mecánicos al manejar las armas; su curioso e impaciente cerebro sería reducido al servilismo." (pág. 333)
    üEl arte y la cultura.- Interesantísimo es este asunto. Cabría creer que el arte y la cultura podrían ser el contrapeso perfecto a la animalidad que está en la base de la estructura militar. Pero Dos Passos tampoco los salva pues no quiere que la cultura como adorno (característica muy propia de la clase alta a la que pertenece Geneviève Rod, enamorada de Andrews) sirva de disculpa a la bestialidad anuladora del ser humano propia de los Ejércitos y del Sistema socio-político que éstos defienden. En un momento dado la literatura viene a entorpecer, incluso, hasta la intimidad debida que Andrews busca tener con Geneviéve:
"-Es absurdo —dijo Andrews nerviosamente—. Deberíamos tener fe en nosotros mismos. No podemos vivir un momento romántico sin hacer a la vez literatura. Estamos tan saturados de literatura que ni siquiera sabemos vivir libremente nuestra propia vida." (pág. 327)
    üLucha de clases.- La Revolución rusa recién acaecida, la esperanza de que se extienda por otras naciones… es citada por algunos personajes pero no se ahonda en la misma o en todo caso se duda de que la misma propicie un cambio real ("Te escribiré una postal desde Moscú. Andy, suponiendo que permitan allí el uso de postales. A lo mejor lo consideran un lujo burgués", le dice el soldado Hanslowe a Andrews). También aparecen los anarquistas opuestos totalmente en su pensamiento a los socialistas a quienes consideran –hoy diríamos- ‘casta’.
    üAmérica vs Europa.- Y más concretamente Estados Unidos vs Francia se resuelve a favor de esta última en el aspecto de la liberalidad de costumbres y de la cultura: El puritanismo americano es vencido por la frescura y vitalidad moral y cultural de los franceses.
 "Componer música en las horas libres, ir a los conciertos. Sería una existencia maravillosa. Por contraste, piensa en mi vida. Esclavizado en ese Nueva York metálico y frío, escribiendo sobre absurdos temas musicales en un periódico dominguero. ¡Dios! Aquí, en cambio..." (pág. 186)
Sin embargo la feraz naturaleza americana gana, en las mentes de los personajes, a la suciedad presente en el barro de las trincheras y a la muerte que se extiende por el campo de batalla.
 "-¿Verdad que es curioso que todo sea aquí tan pequeño? -dijo Chrisfield-. En Indiana no concebimos siquiera un maíz de ese tamaño. Eso me recuerda lo hermoso que es en mi tierra el campo en primavera.
-Me gustaría conocer la primavera en Indiana.
-Cuando termine la guerra y volvamos a casa, puedes ver realizado ese deseo. ¿Te parece bien, Andy?
" (pág. 98)
    üHombres y mujeres.- La relación entre ambos gravita sobre la necesidad de satisfacción sexual presente en los soldados acantonados en los cuarteles y la necesidad de las mujeres de la Francia en lucha de conseguir dinero para sobrevivir.
"-Voulez-vous coucher avec moi? Eso es todo lo que sé decir en francés.
Todos se echaron a reír.
-Mamselle! -gritó de nuevo el sargento- Voulez-vous coucher avec moi? Nosotros..., nosotros... champaña.
Todos volvieron a reír estruendosamente.
La muchacha hizo un ademán con la cabeza. Parecía comprensiva y, desde luego, no estaba enfadada.
" (pág. 55)
    üEl amor.- Aparece como elemento importante en dos de los soldados: en Fuselli que, pese a frecuentar los lupanares, recuerda a Mabe, su novia americana, a la que quiere dedicar todos los progresos que él espera conseguir dentro del Ejército. Y también en Andrews que huye de las relaciones sexuales con profesionales y que se relaciona con dos mujeres muy diferentes entre sí: Jeanne, procedente de la clase trabajadora, que lo ama pero no puede ofrecerle más que eso; y Geneviéve, joven de clase alta con fuerte cultura, que se encapricha del artista que es Andrews quien confía equivocadamente en que ella le ayudará ante la rotunda decisión tomada por él.
En un momento dado Andrews piensa en ambas mujeres que le atraen y que son tan distintas:
"¿Qué clase de persona era Geneviève? Tenía las manos delgadas y los dedos muy largos, unas manos hechas para tocar bien el piano. Cuando se hiciera vieja, ¿se parecería a su madre? [...]
La imagen de Geneviève Rod fue desapareciendo para dejar sitio a la de Jeanne, con sus pequeñas y encallecidas manos de obrera, con la piel de los dedos estropeada de tanto coser." (pág.  271)

La "Generación perdida", John Dos Passos y EspañaJohn Dos Passos forma parte junto a otros autores, principalmente norteamericanos, como Faulkner, Hemingway, Steinbeck y Scott Fitzgerald de lo que la escritora norteamericana Gertrude Stein dijo a su amigo Ernest Hemingway en conversación privada que luego el escritor revelaría en sus obras Fiesta y París era una fiesta: "You're all a Lost Generation". Con esta frase la poeta estadounidense quiso transmitirle a Hemingway que, dada la admiración que muchos de estos jóvenes sentían por París y Europa en general, los Estados Unidos de América habían venido a perder a toda una generación de grandes autores. Lo que como ha demostrado el curso de los años, USA no sólo no perdió a esta legión de escritores, sino más bien vino a enriquecer su literatura con las aportaciones que éstos trasladaron a la cultura norteamericana. 

“TRES SOLDADOS” de John Dos Passos. A los 100 años del inicio de la Gran Guerra

Ernest Hemingway (de frente a la derecha) con John Dos Passos (de frente a la izquierda),Joris Ivens (de espaldas a la cámara), and Sidney Franklin en Madrid durante la Guerra Civil.)


A Dos Passos la Primera Guerra Mundial le sorprende en Madrid a donde había llegado de viaje  desde USA tras haberse graduado en Artes  por la Universidad de Harvard. Al entrar su país en el conflicto se alistó como voluntario en el cuerpo de ambulancias de Italia. Finalizada la contienda escribirá sus dos primeras novelas de corte claramente autobiográfico, la segunda de ellas es "Tres soldados". Tras la publicación en los Estados Unidos de estas dos novelas en 1923 dará a la luz su obra "Rocinante vuelve al camino" en la que mezclando ficción y realidad presenta una variada serie de estampas españolas.
El autor de "Manhattan Transfer" no volvería a pisar tierra española hasta 1937 cuando el país estaba inmerso en la Guerra Civil. El motivo fue el de colaborar con su amigo Ernest Hemingway en el guión del documental "La tierra española". Extraños sucesos acaecidos con algunos de sus amigos que desaparecieron a manos, seguramente, de los servicios secretos soviéticos -y que él cuenta en su libro de memorías "Días inolvidables"(1966)- harán que el que fuera defensor del socialismo real de la URSS rompa definitivamente con la ideología comunista.
FinalEsta entrada la he realizado siguiendo el Reto 1ª Guerra Mundial planteado por  Eva Martín desde su blog "La historia en mis libros". La idea de leer una novela que se situase durante -o tratase de- este conflicto bélico del que ahora se cumplen 100 años me gustó y es por ello que decidí participar en el reto leyendo este relato menor de John Dos Passos. 

!ª Guerra Mundial,

La autora del estudio "1914. De la Paz a la Guerra"

Al tiempo de esta lectura he realizado otra sobre el mismo suceso (la 1ª Guerra Mundial) aunque de muy distinto tono, pues se trata de la explicación -muy bien escrita, por cierto- de lo que llevó a las naciones europeas que en 1900 se demostraban afectos desmedidos en la Exposición Universal de París y que años más tarde se matarían de manera cruel y hasta ese momento nunca vista. Me refiero a la obra de la historiadora canadiense y decana del St Antony's College de la Universidad de Oxford  Margareth MacMillan "1914. De la Paz a la Guerra" aparecida a finales del pasado año. Si bien la obra, precisa y erudita, de la autora de Toronto me ha dado a conocer los entresijos -diríamos macrohistóricos- del evento, la peripecia vivida por los verdaderos protagonistas de la Historia, por aquellos que haciendo la historia desde dentro no pasan a los libros que hablan de ella, me ha hecho ver, utilizando terminología unamuniana, la realidad intrahistórica del suceso.
He constatado también una vez más la diferencia que existe entre los libros de Historia y las novelas históricas. Y es evidente, al menos para mí, que de este choque sale vencedor y con mucho la narrativa pues nos da a conocer mejor la "realidad" experimentada por los que de verdad escribieron la historia de la 1ª Guerra Mundial: los muchísimos Andrews, Chrisfield, Fuselli, Henslowe, Walters, Spencer, Higgings, y tantos y tantos más soldados reclutados en las distintas naciones para matarse unos y otros debidamente ofuscados por la máquina infernal que son los Ejércitos.
 "¿De qué sirve que terminen las guerras si los Ejércitos continúan en pie?" (pág. 190)


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