Revista Viajes
Aprovechando que Mini está de nuevo por aquí durante unos días, me pareció muy interesante que conociera la festividad de los “Tres Tombs” (tres vueltas) de Reus que se celebró este pasado domingo.
Su origen está en las Fiestas de San Antonio, protector de los animales. Se celebran por muchos pueblos de Cataluña alrededor del 17 de enero, aunque la cantidad de municipios que lo celebran, hace que se prolonguen hasta marzo.
Esta celebración consiste en las cabalgatas de las tres vueltas, carreras, bendiciones de animales entre otros actos.
El rito principal de los Tres Tombs consiste en hacer una cabalgata dando vueltas por un conjunto de calles con los caballos, carros y otros animales. Aunque depende del lugar va cambiando un poco, en unos sitios hacen hogueras, en otros, representaciones teatrales.
Pero así como en muchas de estas celebraciones podríamos encontrar algún significado relacionado con la vida del santo o con el ciclo festivo en el que se inscribe la fiesta, el caso de los Tres Tombs es diferente.
La costumbre de hacer tres vueltas alrededor de un templo o por un recorrido determinado, no tiene tanta relación con el santo del cerdito como con prácticas remotas de origen precristiano. Las vueltas rituales alrededor de un lugar sagrado eran ya una práctica presente en culturas mediterráneas antiguas, como los romanos, que solían dar paseos circulares alrededor de los templos para que los dioses les fueran propicios.
En Reus ya llevan más de treinta ediciones. Los Tres Tombs de Reus lo organizan la Asociación Amigos del Caballo de las comarcas de Tarragona, y tiene lugar por el casco antiguo de la ciudad.Hacia las doce del mediodía Mini y yo estábamos ya a punto para ver la cabalgata. Un desfile de animales, jinetes y carruajes que simulaban las actividades económicas tradicionales de la ciudad y el entorno (transporte de paja, de vino y licores, de leña o de frutas, ...) anunciadas por el ruido intermitente de los cascabeles de muchas de las caballerías. Així mateix, membres del Bràvium Teatre de Reus, vestits d'època, han representat també el paper de personatges tradicionals.
Al principio ver unos caballos tan cerca han asustado a Mini, pero poco a poco se ha ido relajando y a disfrutado del evento. Y aunque parezca raro, lo que más le ha gustado es un perrito que en un perfecto equilibrio, se mantenía encima de un carro lleno de sacos.
Parecía el jefe que lo vigilaba todo, jejeje. Aunque yo sé a ciencia cierta, que a Mini le hubiera gusta estar allí arriba. Jejeje.
En resumen, nos lo pasamos muy bien viendo esta nueva edición de los Tres Tombs de Reus.
Un hociquito tradicional.