Cristo corona a Sixto y a Timoteo.
Poco es lo que se sabe de este santo antiguo, pero su culto está perfectamente fundamentado ya en el siglo IV. Timoteo fue un hombre noble, versado en las Escrituras que era originario de Antioquía, llegó a Roma gobernando el papa San Melquíades (10 de diciembre) y se hospedó en casa de San Silvestre (31 de diciembre), quien luego sería papa. Timoteo predicó el Evangelio públicamente durante un año, y por esa causa fue apresado por orden del prefecto Tarquino. Aunque con Melquíades comenzó el cristianismo a tener paz, aún hubo algunos mártires, aunque no persecuciones como tal, y ese fue el caso de nuestro santo.Tarquino le interrogó e intentó que apostatara, pero como no lo logró, mandó fuera azotado públicamente. Así por tres veces: interrogatorio y flagelación. También fue puesto Timoteo en el ecúleo, pero no pudieron separarlo de Cristo. Para terminar con él, fue decapitado, el 22 de agosto de 311. La leyenda dice que Silvestre llevó el cuerpo a ser enterrado en un huerto en la Vía Ostiense, muy cerca del sepulcro de San Pablo. Este huerto pertenecía a una noble viuda llamada Teodora. Con la paz de San Constantino (21 de mayo), el mismo Silvestre trasladaría el cuerpo de San Timoteo a la primitiva basílica de San Pablo, en 324. Esta traslación, documentada, y un antiguo relieve del siglo IV en el que aparece siendo coronado por Cristo, junto a San Sixto II (7 de agosto), avala su existencia.
Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Agosto. JEAN CROISSET. S.I. Barcelona, 1863.
A 22 de agosto además se celebra a
San Hipólito, obispo y mártir.
Beato Bernardo de Offida, religioso capuchino.