«Te digo, Pedro: no cantará hoy el gallo antes que hayas negado tres veces que me conoces”» (Lucas 22,34)
Tres veces tres negó Pedro conocer a Jesús, y tres veces tres tuvo el PSOE local para llevar a pleno la moción de condena al franquismo y de apoyo a la querella argentina que presentamos desde Izquierda Xunida de Pravia en septiembre, días antes de que nuestros representantes políticos municipales desfilasen tras la cruz y a paso de legión, coincidiendo con la negra efeméride de la entrada de las tropas fascistas en Pravia setenta y siete años atrás.
No debería coger por sorpresa esto ni tampoco le daría mucha importancia, ya que estamos acostumbrados a que todo lo que se presenta por Izquierda Xunida o cualquier colectivo que no sea afín al partido gobernante suele ser ninguneado, sea una pregunta escrita sobre un caleyo o sean más de 1.500 firmas contra la privatización de un servicio público. Pero en este caso la indignación es inevitable, porque en esta ocasión hablamos de un desprecio manifiesto incluso al sentir mayoritario de la militancia socialista a la que nos dirigimos por carta, y la que nos consta se manifestó favorable a apoyar esta moción en el Ayuntamiento.
No voy a entrar a hacer juicios sobre lo que la opinión de la militancia cuenta o deja de contar en la Casa del Pueblo, ya que es un asunto que no incumbe más que a los propios afiliados, pero sí que me produce una cierta desazón este desapego y desprecio por todo lo relacionado con la memoria democrática por parte de un sector de la izquierda de nuestro concejo.
Sesión del Consejo Municipal de la Memoria con representantes de PSOE, PP, IU y centros educativos
Fíjense en esta foto. Probablemente no la hayan visto nunca, casi me atrevería a asegurar que no existe otra foto similar a ésta. Se trata de una reunión del ya inexistente Consejo de la Memoria, que funcionó durante poco tiempo en la pasada legislatura. Esta foto produjo roces. Los representantes del equipo de gobierno recriminaron a un militante de Izquierda Xunida haberla sacado. A día de hoy podemos inturlo, pero no sabemos cuál fue el motivo de dicho enfado. Si fue que no quería que se difundiese demasiado la existencia de una comisión pedida con insistencia por IU y que era obvio que no resultaba cómoda al PSOE, o simplemente no querían dejar constancia de que personas de IU hubieran sentado sus posaderas en el espacio reservado a concejales. No lo sabemos, pero lo que sí que tenemos claro es que este tema no gustaba al PSOE local, que no tuvo el coraje de aplicar una de las leyes insignia que su partido había impulsado a nivel estatal pese a todos sus defectos y limitaciones que son muchos y graves.
Basta hacer un recorrido por el callejero de nuestra villa para darnos cuenta de que el PSOE de Pravia no solo no defiende la memoria democrática, sino que consiente y mantiene nombres de falangistas, fascistas confesos o dictadores. Ni las mayorías absolutas ayudan a que el PSOE praviano se quite determinados complejos, comience a hacer un poco de justicia y de memoria, y deje de conservar placas en honor a aquellos que hicieron tallar el testamento del caudillo en el Ayuntamiento.
Jesús Lastra (IU) y Toni Solar (alcalde del PSOE), en el último acto que confluyeron IU y PSOE en 2011
Ni siquiera cuando se inauguró uno de los dos monolitos que en nuestro concejo recuerdan a las víctimas de la represión, el equipo de gobierno tuvo un poco de valentía, y no fueron pocos los reproches por vincular la república con las víctimas del franquismo. No seré yo quien les vaya a dar lecciones de historia a nuestros dirigentes, pero tengo la casi certeza de que el motivo por el que todos ellos fueron asesinados fue porque no comulgaban con quienes dieron un golpe de estado para derrocar un régimen democrático, como fue la II República. Supongo que a nuestros gobernantes locales no se les contagia nada de ese alma republicana que tanto pregonó el PSOE en su última Conferencia Política.
En un concejo como Pravia, que tanto sufrió la represión y en el que tantas vecinas y vecinos perdieron su vida de muerte matada, es indispensable recuperar su memoria, la de las y los demócratas que yacen en nuestras cunetas y fosas comunes. Tres veces tres se negaron a condenar el franquismo y apoyar a los jueces argentinos que investigan la desaparición forzada y la represión de la dictadura. Quizá el problema sea, en definitiva, que sólo nos puede doler a quienes pusimos los muertos y no sabemos ya dónde buscarlos.