Titan 2010:
Aprender a valorar algunas cosas mientras suceden
saber que el momento puede ser irrepetible,
sentirme privilegiado por hacer lo que me gusta,
conseguir que la mente domine sobre el físico cuando no queda fisico,
sobreponerme al dolor,
disfrutar de la Naturaleza en pleno esfuerzo,
deslizar en el agua a primeras horas
alucinar con un señor casi de 60 años pasandome en el Boyar,
flipar en Algodonales con medio pueblo buscandome ibuprofeno (o lo que sea),
sorprenderme de que Jose (el organizador) nos haya traido expresamente a Juanma y a mi el regalo de la edición anterior (por ser la unica a la que no hemos asistido, detallazo),
sufrir como una bestia coronando el Boyar,
ser animado a tope por desconocidos
reventar en Las Palomitas,
recuperarme bajando Las Palomas,
bajarme de la bici y hacer lo que mas me gusta en el mundo: “echar a correr”,
saber a falta de 5 kilometros que acabo seguro,
cumplir con una religión: no andar ni un solo metro,
trepar hasta la plaza del pueblo,
y vivir un momento increible al cruzar la meta de la mano de mis hijos.
CRONICA LADRILLO DE RIGOR
Empezamos la natación por la parte central del grupo, la verdad es que se nota bastante y la sensación de agobio es mayor al ir por el centro, yo veía gente a mi alrededor por todas partes. Por otro lado creo que el efecto “pies” se nota mucho mas, al menos es la sensación que tenía, que la masa tiraba de mi.
Como viene siendo habitual, salgo junto a Juanma, a Luis lo perdimos antes de entrar en el agua y Rafa sin neopreno y con pocos entrenos tenía complicado seguirnos el ritmo.
Me noto bastante cómodo en el agua, avanzando bien y siguiendo los pies de otro triatleta, me parece que era una chica (dorsal 2 creo). En la segunda boya miro hacia atrás y no veo a Juanma, no sé muy bien por dónde irá, si delante o detrás, va transcurriendo los metros y voy entreteniendome pensando en la técnica y en la orientación, normalmente yendo por el interior entre las boyas, siempre con la obsesión de no hacer ni un metro de mas y de guardar fuerzas.
Finalmente se acaba el sector y me dirijo a boxes, la transición la hago a una velocidad mas o menos rápido, la experiencia se va notando. Paso por todo el pasillo de bicis y veo que todavía están las de Luis y Juanma, tampoco los veo fuera del agua, así que pienso que debo haber nadado un par de minutos mas rapido, ya me cogerán en la bici.
Tras 200 metros en la bici llega la primera gran sorpresa del día, no me lo esperaba para nada, María con los niños animando a tope, los veo yo a ellos y me pongo a gritar como un loco, pasas en un segundo pero el sentimiento es brutal.
El Titan es una prueba bestial, muy dura, nada mas empezar la bici, todavía mareado del agua y sin haber cogido nada de ritmo, te ves metido en las duras rampas del puerto de Las Palomas. La cosa se pone seria y hay que meter todo el desarrollo de la bici, la consigna la tengo superclara, ir despacito, ir despacito, no dejarme llevar por los que me pasan como motos y comer lo suficiente. Así voy subiendo el largo puerto que me conozco de memoria y al ritmo que voy no se me hace nada duro. Tras coronar el primer puerto, nos lanzamos a descender por la otra cara, las famosas Palomitas que a la vuelta tendremos que ascender. Bajo rapidito pero con precaución, tengo triatletas delante y detrás y todos respetamos nuestros puestos sin adelantarnos ni hacer tonterías. El descenso acaba en Grazalema y a partir de aquí empieza la parte “entrepuertos”, unos 35-40 kilómetros por la Sierra de Cádiz, terreno rompepiernas, zona de desgaste, que para apretar un poco más la cosa, nos recibe con viento de cara. Misma filosofía, ritmo medio, acoplado y cuidando mucho la alimentación y la hidratación. Así llegamos al momento clave del sector ciclista, con las piernas ya cascadas encarar el Puerto del Boyar y seguidamente el infierno de Las Palomitas, justo a la entrada de El Bosque, segunda sorpresa, de nuevo la familia a tope de animación (animaron muchísimo a todos).
Empieza lo duro:
A mitad del Boyar comienzo a sufrir bastante y mentalmente entro en una dinámica algo negativa, las fuerzas se van agotando, las rampas no dan descanso alguno y empieza la batalla entre la mente y el físico. Por suerte conozco muy bien la subida y sé que los últimos 4 kilómetros son mas “suaves” y se puede recuperar algo, me agarro a un clavo ardiendo. De este modo, con mas pena que gloria corono el Boyar.
A estas alturas sé que voy a sufrir mucho para acabar, en la rodilla ha comenzado un dolor que con cada pedalada se va haciendo más intenso, ya me pasó en Roth y sé lo que me espera en la carrera a pie.
Comienzan las Palomitas, 3 kilómetros muy duros con algunas rampas en las que la bici se agarra y cuesta mucho avanzar, aquí voy entregao y subo lento y como puedo, corono y queda descender el puerto de Las Palomas para regresar a boxes, me tomo la bajada con calma junto con algunos triatletas.
Fin de la bici, entrada en boxes, largo rodeo a todo el pasillo, cambio de zapas, gorra y a correr. La primera parte es bajada y viene bien para coger ritmo y recuperar fuerzas. La rodilla cada vez me molesta mas y siento mucha inestabilidad cada vez que piso, como si estuviera suelta, además el dolor va subiendo. La única opción es cojear y no levantar mucho esa pierna, así, al más puro estilo “cojo manteca” voy haciendo kilómetros. La parte positiva es que no podía ir rápido y no corría peligro de desfondarme por pasarme con el ritmo. Al llegar a Algodonales estoy que no puedo mas y pregunto a una familia que está por allí animando si tienen algo para el dolor. Se ponen muy nerviosos a rebuscar en los bolsos, como tengo que rodear la plaza les digo que a la vuelta. Cómo se vuelca la gente!!!, yo debería parecer desesperado, un naufrago al que van a salvar la vida. Ya a la vuelta le digo a la señora que la recordaré siempre, momentazo para mi y la señora!!!
Ya, poco a poco, va acercándose la meta con los últimos kilómetros infernales, autenticas cuestas de pueblo serrano, de esas que hay que meter primera y ya veremos.
Aquí sale mi lado más masoquista, tengo metido entre ceja y ceja acabar los Titanes sin andar, y eso hago, sufriendo horrores y con la tentación de ponerme a caminar en todo momento, adelanto a un montón de gente mucho más sensata y que sube caminando.
Por fin la meta, María y los niños a la derecha, les grito, se vienen conmigo, los mejores 20 metros de mi vida, …
Gracias a todos,
a los que les gusta el deporte, a los que siguen con interés estas historias, a los que se empiezan a animar a hacer carreras populares, a mis colegas de toda la vida
y en especial a mi familia, por quererme tal como soy
Saludos a todos
PD: Felicidades a los demás Titanes allí presentes (vaya maquinas!!!), destacando a Juanma, Luis y Rafa