Mesa de diálogo (2):
El diálogo permite resolver problemas, imaginar, crear, inventar; tiende a entrecruzar caminos por una tierra de nadie que llevan a una misma meta, cuya finalidad última no es la fusión de todas las opiniones coincidentes entre contrarios, no es el resultado construido por todas las aportaciones con lo mejor de cada una de ellas, no es el finiquito de una suma de acuerdos sin más ni más. De la pluralidad del diálogo nace otra pluralidad nueva, resultado de todas las pluralidades.
Quien de verdad dialoga está dispuesto a establecer un intercambio de opiniones valiente, arriesgado; un diálogo atrevido que corre el riesgo de modificar las ideas personales, las creencias íntimas y el armazón de la propia vida.
Los muertos no hablan por mucho que nos empeñemos en ponerles voz.