El tiempo y el espacio colisionan cuando William, un excombatiente de la Primera Guerra Mundial, y Nika, una xenóloga del siglo XXXVIII, se encuentran a los pies de unas ruinas incas en la Amazonia. Mientras su propio pasado se desmorona y su cordura es puesta a prueba, ambos emprenderán una carrera desesperada para encontrar una flor milagrosa, el trillium, que contiene el secreto de la salvación de la humanidad.
Jeff Lemire, guionista de Animal Man, Green Arrow y Constantine y autor de la premiada Essex County, afronta en Trillium su obra más ambiciosa como autor completo: una odisea por los pliegues de la realidad, desde los confines del universo hasta las profundidades del alma humana.
Porque el tiempo y el espacioson aún misterios insondablesy no sabemos ni qué son realmenteni cómo funcionan
Si hace unos días os hablaba por aquí de “El Resurgir”, la mini-serie premiada en los Eisner 2014, ahora os traigo la derrotada en estos galardonas, la finalista “Trillium”, de otro de los grandes guionistas de la actualidad del cómic, Jeff Lemire, un autor que, de tanto en tanto, hace también el dibujo de sus historias para dejarnos siempre con la boca abierta, especialmente con sus textos e ideas, porque, no siendo un dibujo malo (ni mucho menos), a mí no me llena del todo y si tuviese que elegir entre el Lemire dibujante o el escritor, sin ningún lugar a dudas le pondría a escribir sin parar (aunque, dicho esto, pienso que el dibujo deslavazado, semejante a bocetos, de trazo fino y formas delgadas del Lemire dibujante le vienen genial a esta historia en particular, la verdad).
Me ha parecido ver mucho cine entre las viñetas de Lemire, aunque ya me conocéis, suelo ver cosas que ni el autor ha imaginado…
Ya disfruté muchísimo de una historia personal y completa de Lemire, “Nadie”, basada en “El hombre invisible” de Wells y en esta ocasión, a pesar del laberíntico y enrevesado guión, he disfrutado igualmente de una historia inteligente, trenzada con ingenio y con las preguntas de siempre encontrando una única respuesta, el amor. Y es que, con todo lo que os cuente en esta reseña y todo lo que os diga sobre “Trillium”, creo que el Amor, en mayúsculas, es el tema principal de esta mini-serie de 8 números reconvertida en tomo por los amigos de ECC Ediciones (como siempre, añadiendo textos adicionales, portadas e incluso una página con el alfabeto ideado por el autor para la historia (sí, un sistema de símbolos para desentrañar el lenguaje alienígena).
Pero, ¿qué nos cuenta esta historia? Nos habla de la búsqueda de la humanidad de una cura frente a una enfermedad devoradora, casi un ente maligno e inteligente que busca y corroe a los humanos allá dónde se encuentren. Una humanidad futura, en un siglo remoto, que busca en el espacio un antídoto capaz de proporcionar una vacuna capaz de inmunizarnos frente a ella… aunque también nos habla de un combatiente de la primera guerra mundial que, tras sobrevivir y quedar trastocado por el enfrentamiento parte de viaje en busca de apagar la quemazón interior que le tiene fuera de sí… dos historias entrelazadas que se irán encontrando poco a poco gracias a los misterios de la Creación, la Materia Oscura y de… bueno, mejor que lo descubráis vosotros leyendo este cómic.
Una grandísima epopeya, o dos… o más, tendréis que leer para averiguarlo y disfrutarlo
Con trazas de “2001, una odisea en el espacio”, algunas historias más metafísicas de “Star Treck”, “Avatar”, “Stargate” o, sí, creo que sí, “Alien” incluso (sin llegar a precisar de bicho), “Trillium” es una historia de búsqueda, de almas gemelas, de personas capaces de sobreponerse a los prejuicios y a las ideas preconcebidas… incluso, en algunos momentos parece un canto a la locura mal entendida, la que se erige frente a razones inconscientes y profundas de nuestro subconsciente. Y todo está regado de aventuras, rememoraciones desiguales, emoción y un punto de rebeldía de lo más original e interesante. Hasta el punto de engancharnos a su lectura casi desde el principio.
Por cierto, parte del color apagado y, por momentos, “acuarelado” de este cómic (sí, me lo acabo de inventar, pero entendéis el concepto, ¿verdad?) es una vez más del madrileño José Villarrubia, solo por eso ya merece la pena que echéis un vistazo a la serie (y en cuanto lo hagáis, ¡zas! Caeréis en las redes de “Trillium”, fino). Veréis que hay dos formas diferentes de colorear, que sirve en ocasiones para separar historias, universos, ideas, momentos...
Es cierto que hay momentos, especialmente para lectores impacientes, en los que te puedes legar a desesperar por algunas idas y venidas en la historia, instantes en los que te puedes encontrar desorientado incluso, pero creo que el conjunto final es una historia redonda, embriagadora, con un punto ecologista incluso y muy, muy humanista a pesar del algunos humanos y los actos que desencadenan por el que ellos creen bien común de la raza humana. Al final yo me quedé con la sensación de haber averiguado y sospechado por primera vez en mi vida que no podemos ser otra cosa que el fruto del amor más intenso, que no solos mero azar ni experimentos sin más de entes que nos superan en mucho… sino que somos hijos de nosotros mismos, de otros que se amaron y nos amaron profundamente (lo mismo me pongo algo meta-algo aquí, pero es lo que me ha quedado tras leer esta historia, lo siento, no volverá a pasar…).
Me ha gustado esta historia, mucho y no me extrañaría que algún día la viésemos trasladada al cine, tiene todos los ingredientes para comerse con patatas cosas como “Prometheus” o (y esta no he tenido aún el gusto de disfrutarla, que lo haré, y mucho) “Interestellar”… porque pienso que las tres afirman lo mismo desde puntos de vista diferentes.
Recomendable para lectores sin demasiadas prisas, pero muy recomendable.
Si queréis saber más...