Revista Libros

Trilogía "Cincuenta sombras"

Publicado el 17 octubre 2012 por Eldevoradordelibros
Devorador@s, esta será una reseña peculiar, pues está escrita a cuatro manos. Cuento así, con una colaboradora más que especial: mi madre. Los libros en cuestión  son los que conforman la trilogía escrita por E.L. James: Cincuenta sombras de Grey, Cincuenta sombras más oscuras y Cincuenta sombras liberadas. ¿Comenzamos?

Cuidada (y curiosa) presentación de la trilogía.

Marina: Lo cierto mamá, es que tenía cierto temor a leer los libros: eran novelas que prometían al lector encontrar en sus páginas no una historia de amor, sino de sexo puro y duro, vacía aparentemente, sin nada más. 
Mamá: Sin embargo, no es así. La trilogía, para mi sorpresa y la tuya, no tiene absolutamente nada que ver con esa etiqueta de la que se la ha vestido, "porno para mamás", poco acertada bajo mi punto de vista porque lo que nos cuenta James a lo largo de más de mil seiscientas páginas es una historia romántica, más bien, aunque con altas dosis de erotismo, eso sí. 
Marina: Y a mí no solo por eso me resulta desacertada, sino también porque la considero despectiva ya no solo hacia el género, también por aquello que insinúa sobre el público al que en un primer momento va dirigida la trilogía. 
Mamá: Estoy de acuerdo contigo, pero como dicen por ahí, es mejor que hablen mal de ti a que no hablen. Sin esa publicidad, mala sí, aunque muy efectiva, muchos, incluidas nosotras, quizás no nos hubiésemos acercado a sus páginas. Pero bueno, dejando a un lado las etiquetas, vamos allá con su argumento.
Marina: Una trama la mar de sencilla, sin ninguna complejidad. Podría decirse que se trata de un puzle de dos piezas: Anastasia Steele y Christian Grey. Ella una recién licenciada y él un empresario joven de gran éxito. Cuando la chica va, en sustitución de su mejor amiga, a hacerle una entrevista, cae en sus redes, literalmente hablando, pues ¡menudo tropezón se da la pobre en ese primer encuentro! Ambos se embarcarán en una relación basada, en un principio, únicamente en el sexo pero pronto, pasarán muy pocas páginas, pasarán a ser algo más: Anastasia quiere flores y corazones y Christian no se los va a negar.El lector verá cómo evoluciona esa relación desde el punto de vista de su protagonista femenina que se debatirá entre su subconsciente, la parte racional y emocional, y la diosa que lleva dentro, su lado carnal.
Mamá: A mí, al principio, no me gustó que la autora recurriese a esos dos lados de la protagonista, dicho así, para contarnos la historia. Tardé, como quien dice, en hacerme con la copla porque la verdad, no sabía si ella simplemente había pensado o hecho tal cosa o la había dicho o hecho verdaderamente.
Marina: Yo lo vi original, en cierto modo, aunque es un recurso excesivamente usado: no hay un párrafo en el que no aparezca uno u otro lado de la protagonista para explicar lo obvio y remarcarlo.
Mamá: Hablando de los protagonistas: todos ellos, ya sean principales o secundarios, son absolutamente perfectos, en especial en lo que al aspecto físico se refiere. Creo, por esta misma razón, que es una historia que puede gustar a los hombres: Grey no es el único chico diez en todos los sentidos, Anastasia también resulta serlo.
Marina: Eso que mencionas, no es algo que resulte creíble y a mí, particularmente, me suele "molestar" sin embargo, en esta ocasión fue algo que me pasó más bien desapercibido.
Mamá: A mí los personajes que más me gustaron fueron los principales, aunque Anastasia en ciertos aspectos no me convenció.
Marina: En ese sentido, a mí lo que me disgustó, fueron esos continuos gestos que no para de hacer: ahora me muerdo el labio, ahora pongo los ojos en blanco.
Mamá: Ahora que lo mencionas, a mí me resultaron tediosas las escenas de carácter sexual: casi todas son iguales, especialmente a partir del segundo libro.
Marina: Tienes razón, no hubiese estado nada mal que la autora se hubiera ahorrado alguna de ellas porque a mí me llegaron a cansar, a aburrir. La trilogía podría ocupar de otro modo, un buen número de páginas menos. Por cierto, yo esperaba escenas sexuales más fuertes y no son, ni mucho menos, para tanto, a excepción de aquellas que tienen lugar en el cuarto rojo. Todas ellas son explícitas pero están narradas con elegancia.
Mamá: En cuanto a Christian, no lo voy a negar, tiene un gran atractivo, aunque a mí tardó varias páginas en caerme bien: al comienzo, simplemente, lo veía como una persona con un oscuro pasado que disfrutaba con el dolor de los demás.
Marina: Y así es hasta cierto punto. Grey también me conquistó, a pesar de su carácter posesivo, sus celos y su obsesión por el control que me llevaron a tirarme de los pelos en más de una ocasión. Y es que, él no está acostumbrado a que nadie haga lo contrario a lo que él ordena, a excepción de su familia. Nunca ha tenido una relación amorosa, siempre estas han estado basadas en la premisa amo-sumisa, pero poco a poco aprenderá que hay vida más allá. No hay que olvidar que los protagonistas no llegan a firmar ningún contrato, a pesar de lo que se da a entender si se sacan las cosas de contexto como en uno de los vídeos de promoción. Creo que no hay que verle, a este respecto, cinco pies al gato: ella, en ningún momento, hace algo que no quiera, todo lo que ocurre es consentido y él no la obliga a nada.
Mamá: Por cierto, ya que mencionas el contrato: no era necesario que apareciese dos veces, era una y a mí, sinceramente, me resultó algo pesado. En fin, el caso es que paso a paso, con la ayuda de Anastasia, pues será ella la que lo salve de esa oscuridad, Christian comprenderá que es una persona a la que, aunque no fácilmente, se puede querer porque tras esa fachada de empresario diez se esconde un hombre muy vulnerable.
Marina: Aunque al final, ese secreto, el pasado que tanto ansía ocultar Grey y que teme revelar a Steele, a mí no me impactó, seguramente porque, aunque es fuerte, era algo que esperaba. No es lo único predecible en la trilogía, desenlace incluido, pero esto no le resta interés, al contrario de lo que se puede pensar.
Mamá: En relación con lo que acabas de decir, ¿tú no crees que la trilogía adquiere cierto aire a telenovela de sobremesa a partir del segundo libro, cuando el misterioso pasado de Grey está casi resuelto? Es exactamente lo mismo: sabes lo que va a pasar, pero quieres seguir leyendo, da igual que leas algunos pasajes por encima, porque no te vas a perder.
Marina: Tienes razón, aunque se diferencia de los espacios televisivos de sobremesa en la línea temporal. Normalmente en las telenovelas pasa mucho tiempo hasta que llega el desenlace sin embargo, aquí la historia de los protagonistas, desde que se conocen hasta ese final, se resuelve en poco más de un año. ¡Entre el primer libro y el segundo no transcurren más de tres meses!
Mamá: En cuanto a la forma de escribir, decir que para mí no es ni mucho menos perfecta. Las obras tienen fallos de expresión que en realidad pueden ser de traducción. Además hay alguna que otra pequeña incongruencia. El vocabulario que emplea la autora es básico. No estamos ante una trilogía rica en lenguaje, dicho así. Sin embargo, no he echado de menos una gran prosa.
Marina: Estoy de acuerdo contigo: esta historia, tan sencilla, no pide más y yo no lo he echado en falta, la verdad. No considero que sea mala literatura, pero hay historias muchísimo mejores fuera del género, dentro no puedo comparar, pues es la primera que leo de estas características por lo que desconozco si verdaderamente aporta algo nuevo, aunque creo que no, que original no resultará a los que suelen leer novelas de este tipo.
Mamá: Otro apunte en cuanto al cómo: me ha gustado que la autora incluya en el relato los correos electrónicos que se intercambia la pareja. Es un buen recurso y está bien utilizado.
Marina: Antes de esa valoración final conjunta, me gustaría decir que las similitudes con la saga Crepúsculo existen pero, probablemente, si la autora se hubiera guardado para sí el hecho de que se inspiró en la historia de Meyer para construir la trilogía, dudo que alguna persona hubiese visto la semejanza, porque para mí los parecidos no son tan evidentes.
Mamá y Marina: En definitiva, es una historia, mejorable en su forma, en la que, aunque hay un alto contenido de carácter erótico, priman los sentimientos, siendo la parte emocional la que guía al lector a través de las páginas y la que hace que quiera llegar hasta el esperado feliz desenlace. La trilogía que ha escrito E.L. James es aceptable y gustará, especialmente, a aquellos que nunca, como nosotras, han leído nada parecido, dejando la puerta abierta a este género, a pesar de que llevará una serie de páginas, quizá, comprender a sus protagonistas, de esas hojas que le sobran y de esas escenas de diversa índole, aunque especialmente las escenas eróticas, que por repetitivas, resultarán tediosas.
Agradecimiento Grijalbo

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