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A nadie le gusta estar enfermo. Afortunadamente, en el siglo XXII los científicos han encontrado la cura para la pandemia que, durante milenios, asoló el planeta. Un delirio que se contagiaba más rápido que cualquier otra enfermedad, afectando a cientos cada día, y a millones al cabo del año. Era tan grave que, encontrada la cura, el gobierno decretó su administración a todos los ciudadanos, a partir de la mayoría de edad.Lena Holoway está emocionada. Lleva años esperando cumplir los 18. Por fin recibirá la cura, por fin vivirá sin dolor, de un modo predecible y feliz.Por fin hay cura para esa enfermedad llamada amor.
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Lo ha conseguido. Lena ha llegado a Tierra Salvaje y se ha salvado, pero el camino no ha sido fácil. Poco a poco, va recordando los pasos que le han llevado hasta la comunidad de inválidos a la que pertenece. Pero ahora Lena es un miembro de la Resistencia, y tiene una misión importante que cumplir: luchar por un mundo donde el amor no sea considerado una enfermedad.
After rescuing Julian from a death sentence, Lena and her friends fled to the Wilds. But the Wilds are no longer a safe haven. Pockets of rebellion have opened throughout the country, and the government cannot deny the existence of Invalids. Regulators infiltrate the borderlands to stamp out the rebels. As Lena navigates the increasingly dangerous terrain of the Wilds, her best friend, Hana, lives a safe, loveless life in Portland as the fiancée of the young mayor. Requiem is told from both Lena and Hana’s points of view. They live side by side in a world that divides them until, at last, their stories converge. With lyrical writing, Lauren Oliver seamlessly interweaves the peril that Lena faces with the inner tumult she experiences after the reappearance of her first love, Alex, the boy she thought was dead. Sophisticated and wide-ranging, Requiem brings the Delirium trilogy to a thrilling conclusion.
Hace algunos días, os comentaba por Facebook lo enganchadísima que estaba a una nueva trilogía que había llegado a mis manos. Quizás muchos la conoceréis, pero yo no sabía mucho de ella; sólo que se trataba de literatura juvenil, con tintes romanticones.
De hecho, cuando estaba delante del primer libro, antes de empezar a leer las primera páginas, pensaba que era una mala idea enfrascarme en esta nueva aventura. Veréis, yo he leído siempre muchísima literatura juvenil, sobre todo fantástica, y a edades que para nada me correspondían. Ésto último siempre me ha dado un poco igual, y he disfrutado muchísimo de todos esos libros. No obstante, hace unos meses, me sentí bastante ridícula leyendo Besos de murciélago de Silvia Hervás. De hecho, no escribí ninguna reseña al respecto porque me vi tan pasada de rosca, tan fuera de lugar, que me dio un poco de vergüenza, incluso, haberlo leído. Pensé que hay libros -y evidentemente los hay- que no se pueden leer a todas las edades; que hay un tiempo para todo… El complejo de Peter Pan se manifiesta en mí en forma de todos esos libros que ya no podré leer por mi edad…
Sin embargo, después de leer la Trilogía Delirium de Lauren Olivier, tengo que admitir que no está todo perdido. Me enganchó desde el primer momento, y aunque mis niveles de inocencia están un poco bajos después de leer toda esa literatura erótica-festiva durante estos últimos meses -no esperéis escenas de sexo- y el final no está muy allá, me han gustado muchísimo. Pero vayamos por partes.
La Trilogía Delirium está compuesta por tres libros. Los dos primeros, Delirium y Pandemonium, están publicados en español desde hace tiempo. Requiem, la tercera parte, acaba de publicarse, en inglés, hace apenas unos días. Tras leer de corrido los dos primeros, estaba tan enganchada, que me fui directamente al tercero sin importarme que estuviera en inglés.
Son libros que me recuerdan muchísimo a la Trilogía Distritos (a.k.a. Los Juegos del Hambre) y a los Psi-Cambiantes de Nalini Singh. Narran la historia de Lena, una chica que vive en un mundo donde el amor es contemplado como una enfermedad. A priori, puede parecer un poco cursi, pero en definitiva es una manera de no sufrir, viviendo en un mundo sin emociones. Si no hay amor, no hay odio; si no hay odio, no hay guerras; si no hay guerras, hay paz… Todos los chicos, cuando cumplen dieciocho años, son operados para anular todo este tipo de sentimientos, y formar parte de una sociedad tremendamente estratificada, donde cada individuo, casi desde su nacimiento, ocupa un lugar determinado en ella. Un mundo en donde la lectura, la música, el conocimiento en general, está condicionado, intervenido, modificado, según los estándares de una sociedad sin amor.
Desde mi punto de vista, son libros que están muy bien escritos y que promulgan muchísimos valores. Creo que me hubiera encantado leerlos con 16-17 años cuando, además de disfrutar con ellos, hubiera aprendido muchísimo, incluso crecido como persona. Me encantan, también, las descripciones de Lauren Olivier. Son cósmicas; realmente, te transportan.
El primer libro, Delirium, nos relata, en definitiva, cómo se rige esa civilización futurible. Lena, una chica que cuenta con desesperación los días que le quedan para ser intervenida quirúrgicamente, para ser anulada en todo lo que al amor se refiere, para librarse de una supuesta enfermedad con la que la han amedrentado durante toda su vida, sucumbe, finalmente, enamorándose, y dejándolo todo por amor. El segundo libro, Pandemonium, nos cuenta su historia fuera de la sociedad que la vio nacer, en la Resistencia, con las personas que se situaron fuera del nuevo orden.
Y luego… está el tercer libro…
Aquí empieza la crítica…
Esta trilogía tendría 5 estrellas, y hubiera tenido una reseña en plan Amos y Mazmorras, si no hubiera existido Requiem, o si esta tercera parte hubiera sido diferente. No sé si alguna vez escribiré algún libro, mucho menos una trilogía, por lo que no sé lo que se siente cuando uno tiene que acabar una historia, sobre todo una que ha gustado tanto. Siempre he pensado que debe existir cierta presión por hacer las cosas bien, terminar todo como debe ser. De hecho, creo que esta responsabilidad no solo debe recaer sobre el propio autor, sino en la editorial que lo publica. Hay que hacer las cosas bien, ¿no? Pues, a pesar de todo esto, me sorprende la cantidad ingente de veces que la fastidian -por no decir otra cosa- al terminar.
Os comenté al principio que estos libros me recordaban muchísimo a Los Juegos del Hambre, además de por el contenido, por el propio final. A mí, Sinsajo, me pareció el peor libro de la saga. El que se cargó la saga, más concretamente, porque acabó muy apresuradamente, de manera muy superficial… Yo esperaba muchísimo más, la verdad. Requiem, quizás es peor.
La forma en la que termina el segundo libro es, simplemente, una canallada. No sé cómo la gente ha podido sobrevivir años para saber qué ocurrirá después. No os quiero contar mucho, pero realmente en estos libros hay dos tramas bien diferenciadas: una que nos habla de la sociedad sin amor que os comentaba y la resistencia que lucha contra ella, y otra que nos sumerge en la historia de amor de los personajes. Pues bien, esas dos tramas deben resolverse en el tercer libro, o bien, eso esperamos todos, al menos, eso esperaba yo.
Pues bien, vayamos por partes. En primer lugar, está el hecho de que a Lauren se le ocurre la genial idea de intercalar capítulos de la protagonista, Lena, con capítulos desde el punto de vista de su amiga, Hana, de la que no sabemos nada desde el primer libro. Mientras que Lena escapó, Hana se quedó. Pues bien, las partes de Hana son totalmente aburridas y carentes de sentido, creo que son un cortapunto total. Una vez más, nos hayamos frente a una autora que nos gusta hacernos sufrir. Al igual que yo, la gente quiere saber sobre Lena, Julian y Alex… no sobre Hana y cómo se siente.
No sé qué sentido tiene que existan de estos capítulos, más que el de mostrarnos el punto de vista de una persona que lo vive desde dentro. Sinceramente, pienso que se podía haber evitado el esfuerzo de indagar en profundidad en un personaje, y haber intentado acabar de una forma decente la historia. El asunto amoroso apenas se resuelve en unas páginas. La historia sobre la sociedad sin amor contra la que luchan, realmente, no termina. No se sabe qué pasó en el futuro, ¿sucumbió? ¿cambiaron las cosas? ¿todos fueron felices?. De hecho, no sabemos ni qué paso con Hana, un personaje al que se le dió una importancia inmerecida. Sinceramente, todo se hubiera arreglado, y realmente era lo que yo esperaba, con un epílogo maravilloso en plan un año después. Sin embargo, justo después del final, lo que había era el primer capítulo de otro de sus libros… ¡vergonzoso!
Y aún así le doy cuatro estrellas porque me parecen buenos libros. Lo que acaba, lo hace más o menos bien, aunque me gustaría que se le hubiera dado más importancia a ciertas cosas. En cualquier caso, ya sabéis que soy un poco tiquismisquis, a lo mejor os gusta la tercera parte… quizás, con el tiempo, la llegue a valorar de otra forma, hoy en día, todavía estoy un poco cabreada…