Trinidad Jiménez es una política, muñeca-chochona de Zapatero y una pija vendible del PSOE. Para más Inri, andaluza.
Nacida en Málaga, llegó a Madrid debido al traslado de su padre. Hubiera sido licenciada en Derecho si no hubiese suspendido todas las asignaturas de primer curso. Luego como se aburría ingresó en Juventudes Socialistas, donde comenzó su carrera política y modelo de chaquetas de cuero.
Su carrera comenzó cuando apoyó claramente la candidatura del futuro pinocho, José Luis Rodríguez Zapatero a la Secretaría General del PSOE, cosa que le ayudaría en su carrera como candidata socialista a la alcaldía de Madrid en las elecciones municipales de 2003.
Pero poco, ya que fue arrollada en votos por el carabollo de su primo Alberto Ruiz-Gallardón.
La campaña electoral que protagonizó es una de las más recordadas en la política española reciente, debido al cartel que eligieron los socialistas madrileños, en el que Trinidad Jiménez aparecía con una sugerente cazadora de cuero mostrando alguno de sus delicados pezones, emulando la chaqueta de pana de su ídolo Isidoro. Menos lo de los pezones, que fue cosecha propia.
Tras esta derrota, Zapatero colocó a su amiguita en la Secretaria de Estado para Iberoamérica y lo más destacado que hizo fue recomendar a Obama un "cambio de actitud" y que tuviera "mayor respeto" hacia la sangrienta dictadura cubana.
También abogó por que Estados Unidos pusiese fin al embargo, ya que Fidel Castro estaba enfermito. A cambio, quería que ellos dejasen de ser tan dictadores y maten a menos presos comunes disidentes cubanos y enviarles un diccionario que contenga "derechos humanos", que por culpa del bloqueo yanqui no sabían que era y por eso no los respetaban.
Fue ministra de José Luis Rodríguez Zapatero cuando éste ganó las elecciones en 2004. Ministra de Sanidad y Política Social, cuya máxima preocupación es la de sustituir en la Sanidad los términos habituales de niño y niña, o el genérico de bebé, por el de criaturas.
En su etapa de Ministra cabe destacar la polémica con la Gripe A por la compra de millones de antivirales de una enfermedad que solo mató a niños con cáncer terminal y viejos.
Participó de la magnificación del problema y se encargó de la adquisición de millones de vacunas que los médicos recomendaban no usar y que a día de hoy no se sabe bien donde se están pudriendo.
13,5 millones de vacunas a siete euros y medio cada una y gran parte de ellas no se usaron jamás, por lo que fueron destruidas y millones de euros se fueron por el retrete.
Intentó luchar el tabaquismo obligando a los hosteleros a poner una mampara que encerrase a los fumadores como bestias del circo para luego prohibir del todo fumar en ellos. Los hosteleros que cumplieron la ley, se gastaron una buena cantidad de dinero para cumplir la ley y hacer la separación para nada.
Con el fin de combatir la obesidad infantil, decidió prohibir la venta de bollería, chuches y refrescos en los colegios y por presión del lobby gay, quería llevar la educación sexual a niños de 11 años.
Después de pervertir desde los 11 años a los niños, era necesario una ley para que pudiesen abortar rápido y sin que se enteren sus padres, por lo que obligó a dispensar la píldora en farmacias, sin receta médica ni límite de edad.
Mientras ella estaba liada luchando contra la ficticia Gripe A, médicos dominicanos llegados a España entre 2008 y 2010 ejercían como facultativos en distintos centros sin poseer la titulación de Medicina Familiar Comunitaria ni haber superado el examen de MIR (Médico Interno Residente). Tampoco presentaron su título universitario extranjero para ser homologado por el Ministerio de Educación español.
Luego se sumó a la preocupación por la caída del turismo en Egipto de David Bisbal.
Fue elegida en 2010 por Zapatero (aunque ella lo negase) en una maniobra encabezada por la dirección socialista para dejar fuera de juego a Tomás Gómez en la carrera por la presidencia de la Comunidad de Madrid. Sufrió una de las mayores humillaciones políticas que se recuerdan tras ser apoyada claramente por Zapatero y casi toda la plana mayor del PSOE. Perdió en las urnas por unos centenares de votos.
Los analistas disputan si el gran perdedor es Zapatero o Pepe Blanco. Ni siquiera le concedieronn a Trinidad Jiménez el privilegio de perder. Zapatero la premió por su lealtad y esfuerzo dándole la cartera de Exteriores. Para ello echó a la calle a Miguel Ángel Moratinos y ella fue sustituida a su vez por Leire Pajín en Sanidad.
Se mostró continuista de Moratinos y dispuesta a mantener el desprecio del Gobierno ZPeriano a quienes luchan por la libertad en países como cuba o Venezuela. Fue a Bruselas como ministra de Exteriores de España, aunque parecía ministra marroquí ya que pidió a los eurodiputados que no condenaran al régimen marroquí si no eran expertos.
También asegurara que la intervención en Libia no era exactamente una guerra porque efectuaba al amparo de una resolución de la ONU, pero luego, después de reflexionar un poco y contradiciendo la tesis de su partido, se dio que sí había guerra en Libia. Eso sí, justificaba que con diferencias con respecto a Irak. La verdad es que tardó menos en reconocer que había guerra en Libia que ZP en reconocer la crisis. Afirmó que era porque los libios se habían levantado y por eso había en una guerra. Los asesinados por Sadam Hussein no se pudieron levantar después de muertos.
En sus últimos días, La Trini debió pensar que para lo que le quedaba en el convento, me cago dentro y agotó sus últimas días en Exteriores repartiendo subvenciones. Sólo en el tercer trimestre, destinó 100 millones a cooperación internacional. Así, de forma ambigua.
En las Elecciones generales de España de 2011 cosechó su enésima derrota electoral. El descalabro le llevó a perder casi 135.000 votos y pasó de 5 a 3 escaños. De todas formas ella ya está acostumbrada a perder.
Después de eso, salió de la primera línea política y cuatro años después se retiró. Según salía de la vida política usó una puerta giratoria hacia Telefónica.