¿TROIKA O
TRATO?
(Poema
sobre la dignidad ignífuga)
Cuellos largos y huecos
fugaces palomas en el raso de tu falda
estofadas en la paz-rímel de tus ojos.
No cesa el fulgor del amanecer
en el plumaje de los cisnes de negro
ni la brisa en lo alto del puente del mundo
pero mis manos, ya no son el amor de tu tierra
ni la lava en azogue, el canto a un horizonte perdido.
En silencio, sollozan los niños del cielo
aquellos grillos, esclavos, ya sólo cultivan tristeza
los dioses sordos, ahogados, un verano de campesinos.
El barro, olor a muerte, auriga de un pueblo sin fuerza
arde como tu bengala, pequeña vida de miseria.
Un cuerpo en la hierba aún resuena
poesía sin fotos, eutanasia de reyes sin basílica.
Aún existe la huella que respira
una lágrima bajo la piedra del molino
un hatillo de flores, en tres desiertos contiguos.
La verdad es un carrito sin ruedas
detenido, por las dunas de la arena.
La lejía se arremansa en las orillas de los ríos
y su espuma, es toda la miel que nos espera.
Chema García