Si es que era muy aburrido. Que todos los años nos ponían a colorear a los mismos: que si el papá noel, que si la paloma de la paz, que si el traje regional… ¿no podían variar un poquito? Y cuidado con que tus padres te tuvieran que llevar al dentista, a su trabajo o algo así ¡otra vez a pintar!
Claro que, por aquel entonces éramos unos cándidos inocentes y lo que más nos preocupaba era no salirnos de la raya, con menos éxito que intención, dicho sea de paso. Sin embargo, ahora, ahora una ve esos dibujicos con sus princesas Disney, sus dinosaurios encantadores, sus muñequitas angelicales, sus mickeys y sus winnies de poh y claro ¡te entra la vena trolleadora!
Claro que eso no significa que seas un padre, tío, primo o amigo con una mente perversa. Estás más normal de lo que tú crees. Fíjate tú cómo será la cosa, que ya hay una página, Coloring Book Corruptions, donde se recogen todos estos trolleos y su Facebook tiene más de 11.000 me gusta. Personalmente, me olvido de los excesivamente violentos y me quedo con el candor derrotado por el humor, una vez más.
[ ¡Necesito un libro de esos YA!… Al menos dame que vea más ]
[ ¡Yo me quiero hacer fan! ¿Puedo, puedo, puedo? ]
¡¡Muchas gracias por el chivatazo, Huguito!!