Revista Comunicación

Truco literario II: patea al gato

Publicado el 19 enero 2016 por Edvalroj
Este pequeño truco literario va dedicado especialmente para aquellos que se quejaron de Acaricia al perro; es decir, los escritores que se niegan a permitir una pizca, por pequeña que sea, de humanidad en sus antihéroes. Son autores que han cargado de tanta maldad a los personajes como para hacerlos capaces de patear al gato.Truco literario II: patea al gatoLa técnica de patear al gato sin razón, motivo o ganancia alguna nace de la necesidad del autor de demostrar que aquel personaje maltratador no es un buen tipo y de esta manera aumentar la antipatía del público.

No es de extrañar que sea tan efectiva, teniendo en cuenta que cualquier tipo de maltrato hacia un animal es visto como crueldad e inmediatamente encasillamos a esa persona como alguien malvado, sin sentimientos y de poco corazón. De eso trata patear al gato. De causar un mal sin obtener nada a cambio, solo porque sí.Desde el punto psicológico es una metáfora usada para describir como una persona de alto rango desplaza sus emociones al abusar de una persona de menor rango. Incluso es denominado "agresión desplazada".Sin embargo, como este es más bien un truquillo literario, aclaro que esta técnica puede usarse sin necesidad de maltratar a un animal específicamente. Cualquier acto, palabra o declaración que demuestre mezquindad hacia otros sirve para llegar al mismo fin. ¿Pero por qué entonces se llama así?Porque los animales, especialmente los gatos y los perros, demuestran una fidelidad exclusiva hacia sus amos, sean estos como sean. Por lo tanto, agredirlos sería algo como "Mírame, soy tan malo que no me basta con robar el banco y matar al guardia, también le zampo una patada al gato/perro que está junto a la puerta y no me está haciendo nada".
¿Aún no te convence?Te pondré algunos ejemplos de la vida real y me dirás.

Has hecho todo lo que tenías pendiente en la oficina e incluso adelantaste algo de trabajo, los clientes están satisfechos y has doblado las ganancias de la empresa. Vas a solicitar un permiso porque tu hija tiene su primer baile en la escuela y le prometiste ir o algún familiar está hospitalizado. Tu jefe te niega el permiso sin razón y sabes que lo hace solo por joderte y demostrar su poder.
Un hombre de buen estatus económico va andando por la acera, se agacha y le roba las únicas tres monedas del plato a un anciano ciego para continuar su marcha como si nada hubiese sucedido. Para colmo te parece que va silbando.
¿No es crueldad innecesaria?En la literatura encontramos otros ejemplos.En Juego de Tronos sobran los personajes que patean al gato, desde Joffrey Baratheon abriendo a una gata embarazada y todo su arsenal de actos grotescos, Gregor Clegane violando a la hija de un posadero sin motivo alguno, Tywin Lannister con crueldad innecesaria hacia su hijo Tyrion, y los Bolton, que ni qué decir.Finalmente, la técnica no se centra en la maldad del autor. Se basa en la inocencia de la víctima, quien recibió daño sin merecerlo. 

Y tus personajes... ¿Son tan malos como para patear al gato?



Truco literario II: patea al gato

Volver a la Portada de Logo Paperblog