El embarazo implica una serie de cambios muy importantes en el cuerpo y la piel de una mujer, que pueden tener consecuencias posteriores si no intentan tratar durante la gestación. Además, extremar los cuidados de la piel durante el embarazo, conseguirá que la futura madre aun se vea más bella, lo que sin duda repercutirá en su autoestima.
Aunque ya hemos explicado en otros artículos de esta web que hay ciertos productos cosméticos no recomendables para la mujer embarazada (como los que contienen retinol, o ciertos aceites esenciales), esto no significa que se deba dejar de lado el cuidado de su rostro.
Limpiar a fondo la piel cada día, y aplicar una mascarilla relajante, son dos puntos esenciales del tratamiento del cutis de una futura madre.
También es importante aplicarse siempre un protector solar antes de salir de casa, para evitar que aparezcan las antiestéticas manchas solares. Estos productos son completamente inocuos para la madre y el feto, pero si la mujer prefiere más comodidad a la hora de arreglarse, puede sustituirlos por una base de maquillaje que ya contenga filtro UVA y UVB.
Las estrías y la celulitis
Dos de los problemas de belleza más habituales entre las mujeres embarazadas son las estrías y la celulitis. Es importante prevenirlas cuanto antes mejor, para evitar que se instauren, y entonces se deban eliminar sus consecuencias posteriores.
A la hora de lidiar con la celulitis, es importante hacer todo lo posible para intentar que no se instaure. Para ello, es recomendable evitar los problemas de retención de líquidos, hacerse masajes con crema hidratante, e intentar mover las piernas tanto como sea posible.
En cuanto a las estrías, hay que iniciar su prevención desde el mismo momento que se inicia el embarazo, y la mejor manera de hacerlo es a través de hacer masajes con un producto emoliente, especialmente en el pecho y abdomen.
El cuidado del pelo
Los cambios hormonales también inciden de manera muy directa en el estado del pelo de la mujer que está esperando un hijo. En algunas mujeres este cambio es positivo y su cabello mejora de aspecto, pero en otros casos tiene alteraciones como un exceso de grasa, o un cambio de color.
Otro de los problemas con los que se enfrentan las mujeres que acaban de dar a luz es una caída importante del pelo, que también puede darse al acabar la lactancia. Se trata de algo temporal que suele solucionarse en unos seis meses sin consecuencias, pero que si no se corrige como mucho al cabo de un año requiere que se consulte con un médico.
De todos modos, durante el embarazo una mujer puede recurrir a una serie de trucos, que le ayudarán a mantener su pelo en las mejores condiciones posibles. Es una buena idea que evite usar secadores y planchas de pelo, y que no se haga recogidos que puedan someter su cabello a presiones perjudiciales. Además, una dieta sana le ayudará a mantener su cabello más fuerte.