Hola mundo Decora tu Alma!!
Soy Bea, responsable de tentar a la gente a hacer cosas creativas en sus reuniones (familiares, fiestas con amigos, laborales...). Me gustan los días de sol lo mismo que los de lluvia, ambos son para dedicarse buenos momentos. Tengo muchas pequeñas pasiones, como buscar cualquier excusa para organizar una cena en buena compañía, una escapada familiar, una calçotada frente a unas brasas en invierno, tomar un buen café (o dos) con gente que me sorprenda con sus ideas, mojar los pies en la orilla, sea la época que sea... Cosas normales que me recuerden que la vida siempre es más de lo que espero de ella. Mis grandes pasiones: mi marido, mis dos perros, mi trabajo y mis sueños por cumplir.
Comienzo esta etapa con gran ilusión contando cómo inspirarse para decorar una fiesta.
Lo primero de todo, hay que tener en cuenta el espacio y la gente que asistirá a esa reunión, para poder pensar en una temática que haga que se lo pasen bien y se sientan a gusto.
En cuanto a temáticas, no se trata de pensar en disfraces, sino de buscar una personalidad acorde con el evento y sus anfitriones.
Campestre, marroquí, provenzal, yankee, château, andaluz... podría estar horas y más horas generando ideas, así que os pongo ejemplos genéricos de cada caso.
Por ejemplo, Movember. Todos lo conoceréis a estas alturas... Ha pasado de ser un movimiento australiano de concienciación social sobre la salud del hombre, a un prototipo estético muy generalizado que da lugar a muchas fiestas cuando termina el otoño.
Para hacer una fiesta con esta temática nos centramos en una estética concreta y, a partir de ahí, diseñaremos cartelitos con los nombres de los platos, que también son creados a propósito de este encuentro. El menú, por supuesto, visual y divertido. En el centro, varios tipos de ensaladas con productos de temporada. Los camareros, ataviados con un mandil tostado con un bigote impreso, pasan montaditos, hamburguesitas y canapés elaborados con carnes a la brasa y salsas de distintos tipos. Cada plato tiene un cartel con el nombre de un moustache diferente. En las mesas se sirven jarras de cerveza muy fría y los colores de la decoración, blanco y beige, para que destaquen bien los cartelitos. En el entorno, gráficas de animales y objetos con un bigotillo dibujado, siempre en blanco y negro, buscando ese toque de escenografía fotográfica. Un par de centros de mesa con flores sencillas de color amarillo, los invitados con algún elemento que acompañe a esta estética (pajaritas y uñas pintadas con el dibujo del tema) y música de acompañamiento en tono tenue del estilo de Brenda Lee, The Ronettes o Timy Yuro.
Recordad que menos es más es una gran pauta a seguir.
Mucha gente peca del exceso y es precisamente la capacidad de saber destacar los pequeños detalles lo que hace que el entorno adquiera la personalidad que buscamos. Es lo mismo que ocurre al decorar una casa. Si quieres destacar algo, utiliza tonalidades neutras y detalles sencillos. Si eso que quieres destacar abunda, se produce el efecto contrario y provoca rechazo o indiferencia.
La dedicación a los detalles. En mi caso, llega a ser un culto. No son notas de color, sino de gusto. Cuando se decora un espacio hay que pensar en el conjunto y ver muchos ejemplos para saber lo que se quiere conseguir y de lo que se quiere huir, por supuesto.
Una vez nos hemos centrado en la temática y en la estética, buscaremos el ambiente, que lo dan las luces (luz natural, farolillos, velas, antorchas...), las flores que se escojan (en consonancia para apoyar esa estética, no para esconderla) y el olor del entorno (según lo que se quiera conseguir, hay un perfume para cada ocasión: higo, castañas, café, lavanda, etc.). Es importante saber elegir bien los elementos para crear una atmósfera determinada.
Un truco importante para dar color con los detalles, los elementos naturales. Cajas de té, botellitas de cristal de distintas formas, tablas de madera, vajillas de las de toda la vida, elementos traídos de diversos viajes (teteras, jarrones)... Las cosas cotidianas son las que le dan sabor a los sitios. Las modas son pasajeras. Últimamente hemos comprobado cómo nos ha ido invadiendo la fiebre vintage a través de esa obsesión por las cosas viejas. Os aconsejo que no os ciñáis a las modas, porque si no vuestra decoración no tendrá esencia. Buscad una estética que resalte la belleza del entorno y que no lo disfrace.
Las texturas. Se puede desarrollar todo un escenario de creatividad a través de un patrón, una composición o una gama de colores. A veces, unas servilletas, unas fundas, unos lazos o unos bastidores visten muchísimo más que un millón de objetos.
El valor de la calidad. No sólo es importante acertar con la decoración o con la cantidad, sino con la denominación del producto, como ocurre con los platos de los buenos restaurantes que, lejos de ofrecer platos suculentos, ponen todo su empeño en el sabor y en la variedad. Esto lo llevamos a todos los ámbitos (comida, bebida, regalos). Los buenos productos merecen tal protagonismo que no dudo diseñar piezas con especificaciones de origen, composición, tiempos de curación, tratamientos, etc., para que los invitados sepan apreciar el valor de lo que consumen o adquieren. Cada diseño tiene un dibujo y una tipografía que define el producto en cuestión.
Y por último, la originalidad, el punto más importante de todos. En un evento, independientemente del grado de solemnidad e importancia que requiera, no puede faltar el factor sorpresa, que puede venir dado con notas de humor, con recuerdos de viajes, con fotografías evocadoras o con cualquier tipo de detalle relacionado con la temática del mismo. Se busca generar no sólo sorpresa, sino experiencia en quien lo recibe.
Espero que os hayan gustado estos consejos y que los pongáis en práctica en muchas ocasiones.
Un placer haber concluido el primer post. Espero que nos volvamos a "leer" en los próximos.
Hasta entonces, seguiré inmersa en mi mundo de Nara Connection.
Saludos,
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