Revista Coaching

Trucos para mejorar tu Comunicación no Verbal en una Entrevista de Trabajo.

Por Recursos Humanos Y Gestión Del Talento @RRHHyGT

 ¿Sabías que solo el 7% de lo que comunicamos lo hacemos a través de las palabras? Es por eso que cuando nos preparamos para una entrevista de trabajo, debemos tener muy en cuenta no solo lo que vamos a decir, sino también, la forma en la que lo haremos. Aquí te dejamos algunos trucos para mejorar tu comunicación no verbal en una Entrevista de Trabajo.

comunicación no verbal en una entrevista de trabajo

HikingArtist (CC BY-NC-ND 2.0)

Hace poco me tocó entrevistar a un candidato que tenía un curriculum bastante impresionante que lo hacía destacar del resto, pero en cuanto empezamos a hablar perdió toda esa ventaja que le había dado su experiencia. Mantuvo la mirada esquiva durante todo el tiempo que duró la entrevista, su tono a la hora de hablar era más bien de aburrimiento que de interés por el puesto, parecía completamente distraído y no recuerdo haberlo visto sonreír durante los 45 minutos que estuvimos reunidos.

Claro, él me habló de su experiencia y de su trayectoria, pero la verdad, el problema no fue tanto el contenido de lo que decía como la forma en la que lo hizo.

El punto es: por mucho que lleves muy bien preparada la entrevista, si tu lenguaje corporal comunica nerviosismo, ansiedad, aburrimiento o falta de veracidad, el entrevistador lo notará y lo tendrá en cuenta a la hora de decidir.

Por lo tanto, antes de entrar en tu próxima entrevista, asegúrate de que sabes cómo sacar provecho de ese otro 93 % que conforma nuestra comunicación.

Sigue leyendo para leer los trucos que te dejamos y que te ayudarán a controlar tu comunicación no verbal en una entrevista de trabajo.

1. Controla tu estado emocional antes de la entrevista.

Las entrevistas tienen esa extraña cualidad de desatar una retahíla de emociones incluso en las personas más seguras de sí mismas. Es normal estresarse y sentir algo de nervios antes de una entrevista, pero si eso es lo único que muestra tu comunicación no verbal, el entrevistador te recordará como “él que no paraba de temblar” o “la de la risita nerviosa”. Si te van a poner una etiqueta, mejor que sea “ideal para el puesto”, ¿verdad?

Tómate algún tiempo antes de la entrevista y pregúntate, “¿Cómo me siento?” Una vez seas más consciente de tus emociones, podrás manejarlas de una manera más eficaz .

2. Impresiónalos desde el primer minuto.

Sólo tienes una oportunidad para causar una primera impresión, y peor aún, solo tienes unos segundos para hacerlo: Desde el momento en que entres por esa puerta, el entrevistador se formará una opinión sobre ti. Puede sonar algo exagerado, pero acuérdate de la última vez que un desconocido intentó entablar una conversación contigo. Es impresionante la facilidad que tenemos para quedarnos con aquello que más nos llama la atención y olvidar el resto.

Por lo tanto, es mejor empezar de la mejor manera posible. Saluda al entrevistador con una apretón de manos , no te olvides de sonreír, de hacer contacto visual, y si estás sentado, ponerte de pie. Que tu aplomo y seguridad, sean lo primero que recuerden de ti.

3. Presta atención a tu lenguaje corporal.

Una vez que la entrevista ya haya empezado, procura estar al tanto de lo que tu cuerpo está comunicando. Evite cruzar los brazos (puede hacerte parecer defensiva), tocarte el cabello, jugar con el bolígrafo o cualquier otro tipo de tic nervioso. Y cuando no estés hablando, escucha con todo el cuerpo. A menudo, los entrevistados están tan ocupados pensando en impresionar con su siguiente respuesta, que desconectan completamente de lo que la otra persona les está diciendo. Siéntate ligeramente inclinado hacia adelante, mantén el contacto visual y asiente con la cabeza.

4. Estate atento al lenguaje no verbal del entrevistador.

Aquí te recomiendo que apliques la técnica del espejo. Esta consiste en imitar los gestos de tu interlocutor; puede parecer una locura, pero está comprobado que el compartir movimientos y gestos con otra persona genera confianza y favorece la creación de relaciones positivas. Eso sí, procura ser discreto y no abusar de este truco o se dará cuenta de tus intenciones.

5. Evita los monólogos.

Muchas veces, en nuestro afán de impresionar al seleccionador, nos explayamos demasiado en nuestras respuestas, lo que puede traer consigo que la otra persona empiece a aburrirse y por lo tanto, pierdas su atención. Si ves que el entrevistador empieza a moverse mucho sobre su silla, cambia constantemente de postura o presta más atención a sus notas, para de hablar y procura traerlo de vuelta a la conversión con alguna pregunta. Por ejemplo, “¿Eso responde a su pregunta? ” o “¿Te estoy dando la clase de información que estabas buscando? ” . De esta forma recuperarás su atención y le darás la oportunidad para redireccionar la entrevista y así ambos podréis aprovechar mejor el tiempo que os quede.

Recuerda, cuando ganes control sobre lo que dices y la forma en la que lo haces, ganarás aplomo y confianza en tí mismo, lo que te hará quedar como un candidato mucho más fuerte y lo que aumentará dramáticamente tus posibilidades de conseguir ese puesto.


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