
¿Quién no fue a la farmacia por un remedio y terminó comprando cremas y maquillajes? A veces puede ser un problema. Algunos tips para no perder la cabeza (y el sueldo):
- Pagá en efectivo. Siempre ayuda a caer en la realidad ver el monto de dinero que gastamos en esa compra impulsiva. ¿Vas a la farmacia y sabes que te podes tentar? Lleva un monto máximo de plata.
- Hacé una lista de lo que necesitas. Tener en el teléfono una lista de productos de belleza que necesitas ayuda a no gastar de más. No es necesario hacerla siempre que vas a la farmacia. Hace una y tenela a mano.
- Pensá en si esa compra puede esperar a una oferta. Si es de necesidad vital, se compra, sino se espera.
- En el caso de que esa compra sea inevitable, también existe la opción de un tamaño chico. Tienen algunos shampoos y acondicionadores si lo que queres es probar algo nuevo, cremas (Dermaglos tradicional), entre otros. Ojo, a veces los tamaños más chicos terminan saliendo más caros que los grandes, pero es una buena opción si compramos por primera vez y para probar.
- Conoce tus colores en el caso del maquillaje y los ingredientes que necesita tu piel.
- ¿Qué uso le vas a dar? Una cosa es comprar algo que vas a usar mucho y otra que no es tan necesaria. Ahí podes evaluar si vas a amortizar el costo usando ese producto muchas veces o es solo para probar o usar de vez en cuando.
- la pregunta que define todo: ¿realmente necesitas eso?
