True Detective 3x03 “The Big Never”

Por Gonzalo Ruiz

Tercera entrega episódica de True Detective en su tercera temporada, y parece que con ella vemos como la trama va centrando su puntería hacia lo que quiere que sean sus verdaderos misterios. 

Seguimos partiendo de las tres ventanas temporales desde las que nos cuentan la historia. Como hemos ido anunciando en nuestros anteriores artículos, estás se muestran desde el punto de visa del personaje principal. En este tercer capítulo lo que era habitual se rompe para introducir, aunque tímidamente de momento, el otro personaje protagonista. 
La historia principal sigue siendo la trama personal del Mahershala Ali, pero, en esta tercera entrega, el personaje interpretado por Stephen Dorff. Se intuye una actuación potente del actor, dando las pequeñas muestras en este primer capítulo. En él, vemos introducido su personaje en los tres períodos temporales, y vemos como parece haberle ido mejor que a Wayne.

También vemos que, en el futuro, parece haber creado una relación de amistad con el padre de los niños que investigaron. Parece que su relación se basa en algún tipo de ayuda que este le proporciono, parece que el padre se encuentra en deuda con él, hecho que otorga un poco más de misterio al futuro paralelamente al misterio que se mantiene con la desaparición de la niña en los tres arcos temporales que tratamos. 

En el presente, seguimos con la entrevista que un programa le sigue haciendo a Wayne en su casa. Esta historia parece la más floja, vemos al personaje más triste con problemas de memoria, y de momento, parece pendiente de que se descubra algún dato del pasado para que su motivación despegue. En este tiempo, no tenemos noticias de su compañero, solo le hemos visto cuando se cometió el delito, y diez años después, otro misterio es saber qué ha pasado con él. 

Por último, debemos destacar a Carmen Ejogo con una actuación necesaria y brillante. Su personaje es muy importante. Es el engranaje de algo que al personaje principal le afecta. Su dualidad narrativa en la que vemos como ya son una familia, y se conocen en el momento en que el crimen ocurrió es uno de los mejores aspectos de la serie. Con la próxima entrega llegamos a la mitad de la historia, y esperamos que siga avanzando, siempre con ese ritmo lento y duro característico de Pizzolato.