La pauta que sigo para intentar ser verosímil es muy sencilla (la vengo siguiendo desde que empecé a escribir ficción): el lector medio… que se joda. A lo largo de mi carrera como periodista, siempre me dijeron que tenía que escribir pensando en el lector medio. El lector medio, tal y como ellos lo entendían, era un suscriptor blanco, acomodado, con-dos-hijos-coma-algo y tres-coches-coma-algo, un perro y un gato, más los consabidos aparejos de jardín; una persona ignorante que necesita que se lo expliquen todo, ya mismo. Así, tu exposición se convierte en un peso increíble, en un auténtico peñazo. Que le jodan. Que le jodan pero bien.
David Simon (HBO)
Empecé tarde, a mediados de marzo, y terminé tarde, a mediados de abril. Y podría decir que me enganché desde el principio, pero mentiría como un bellaco. La verdad es que me vi el primer capítulo hace un par de meses en casa de una amiga y dejé la serie aparcada hasta la semana pasada; el resto (del capítulo 2 al 8) me los he visto del tirón en un par o tres de días.
Supongo que lo peor fue escuchar el calificativo de siempre: obra maestra, que hace que se te ericen los pelos de lo cansado que estás de oírlo. ¿Lost? Obra maestra. ¿Breaking Bad? Obra maestra. ¿Los Soprano? Obra maestra. Etcétera. Y sí, son tres series cojonudas (en orden descendente); True Detective también lo es.
Como se han escrito cientos de miles de líneas, no seré yo quien venga a analizar la serie con pelos y señales porque, además, pese a ser una serie con muchísimas aristas, es un producto completo. En otras palabras, deja cabos sueltos, pero es como la vida misma. No podemos saberlo todo, y tenemos que resignarnos. Mejor eso, que explicaciones idiotas, trascendentales o metafísicas que intentan calmar a ese espectador omnisciente (o mejor, ontológico) que quiere saberlo todo.
En resumen, luz y oscuridad; blancos y negros.
Esta entrada tiene una cantidad de spoilers del carajo, por cierto.
Blancos
- Imagen, fotografía, ambientación
¿De verdad quedan sitios así? Lousiana nos tranporta a otra dimensión; más oscura, más densa, más atemporal… Es demasiado inmersivo…, ¿o es cosa mía?
- Estructura
Al no seguirla desde el principio, no me había enterado de algo muy anómalo en las series de televisión que, aun así, de una u otra forma, noté: la estructura es un todo y recuerdo que había llegado a preguntarme: ¿cómo se consigue eso? Según leí en un artículo del blog Quinta temporada, en la blogoteca de El País:
Todos los episodios de la primera temporada están dirigidos por la misma persona, Cary Fukunaga, algo poco habitual en las series estadounidenses, y tienen el guion (también en solitario) de Nic Pizzolatto, showrunner de la serie. Por otra parte, cuenta una historia autoconclusiva.
Al principio, se me hizo un poco lenta y, aun así, debo reconocer que es un gran acierto.
- Dos líneas temporales
Algo dificilísimo en solo ocho capítulos, muy bien hilado y con saltos continuos, selectivos y lógicos. Personalmente, destacaría uno de los momentos estrella de la primera temporada que utiliza el recurso audiovisual de la descontextualización narrativa —corregidme si me equivoco— para mostrar algo contrario a lo que en ese momento están narrando en el presente los dos ex agentes de la policía estatal.
- Los personajes
Yo no le hubiese dado el Oscar por su papel en Dallas Buyers Club, quizá teniendo —erróneamente— en mente toda la carrera profesional de Dicaprio —la interpretación de El lobo de Wall Street es, sencillamente, de lo mejor que ha hecho—; no obstante, el papel de Rust es todavía mejor que Ron Woodrof, que ya es decir. Woody Harrelson camina detrás, pero también demuestra que es un actorazo. ¿El resto? Nadie falla, a mi gusto.
- Luz y oscuridad
Suelo leer varios blogs de cine, entre ellos, el que Jesús Travieso escribe para 20 minutos. Una de sus últimas críticas es concisa: bien y mal, egoísmo —entendido como la conciencia del microcosmos personal o familiar de cada uno— e incógnitas en el aire al final de la primera temporada. De entre sus comentarios destaco las siguientes preguntas al aire:
- ¿Quién era El Rey Amarillo (The Yellow King)?
- ¿Era Marie Fontenot la “pareja” de Errol Childress?
- ¿A qué respondían las cornamentas? ¿A la corona de ese rey?
En todos nosotros hay oscuridad; ¿y luz? True Detective parece reservar aquí un espacio para la duda. Egoísmo, ceguera, locura, maldad… No, no parece haber luz en todos nosotros. El asesinato de Reggie Ledoux es prueba de esa oscuridad que puede atrapar a cualquier hombre; la necesidad de los nuestros se entiende en contraposición a esa maldad que nos rodea: no queremos verla, no tiene nada que ver con nosotros… e, irónicamente, cuando ocurre, no hay nadie alrededor para combatir junto a nosotros. Como bien apunta el artículo de Travieso que citaba en el párrafo anterior sobre los motivos que empujan a Cohle a lamentarse en el hospital: no solo desaparece su posibilidad de reunirse con sus seres queridos, sino que también él cae presa de ese egoísmo que ciega a todos los que le rodean.
En resumen, Cohle y Hart son otros dos antihéroes, pero como dice el personaje de McConaughey: “El mundo necesita hombres malos. Mantenemos a los otros hombres malos a raya”.
- El opening
Vale la pena verlo antes de cada capítulo; describirlo no tiene mucho sentido.
A la izquierda, Rust Cohle (Mathew McConaughey); a la derecha, Martin Hart (Woody Harrelson).
Negros
- Cambios de ritmo
Hasta el cuarto capítulo, la serie avanza a un ritmo muy pausado. Mantiene una estructura cinematográfica de manual (yo creo ver un arco tras la dimisión de Rust Cohle bastante claro, ¿no?), que se acelera a partir de los últimos diez minutos del cuarto capítulo (con ese magistral plano secuencia). Puede que a muchos les haya encantado, pero yo que me he visto la serie en pocos días no he conseguido evitar la sensación de que los primeros 230 minutos de serie son lentos; fantásticos, muy interesantes, muy bien narrados, pero lentos.
- Hilado
A partir del quinto capítulo, la serie se acelera muchísimo y algunas pistas parecen caer del cielo. Los interrogatorios son más productivos, los análisis parecen seguir siempre el camino correcto… ¿Qué ocurre? Si bien es cierto que Rust lleva años pescando datos, hasta que Hart no vuelve a entrar en escena no puede evitar obtener antiguos archivos, llegar a ciertos implicados, etcétera. Por lo tanto, la investigación pierde cierta verosimilitud.
Otros
Se ha escrito la hostia sobre este tema, por lo que considero que una buena opción es dejar los artículos que más interesantes me han parecido aquí, al final. Entre los datos que más me habían llamado la atención están la figura de El Rey Amarillo y el hecho de que Errol, el Loco denomine Carcosa a esa especie de iglesia-túmulo-cementerio. Ambas referencias aparecen en la obra The King in Yellow de Robert W. Chambers; sin embargo, las referencias a Carcosa las recogió de otro cuento, An Inhabitant of Carcosa (1891) del estadounidense Ambrose Bierce.
Along the shore the cloud waves break,
The twin suns sink behind the lake,
The shadows lengthen
In Carcosa.
Strange is the night where black stars rise,
And strange moons circle through the skies,
But stranger still is
Lost Carcosa.
Songs that the Hyades shall sing,
Where flap the tatters of the King,
Must die unheard in
Dim Carcosa.
Song of my soul, my voice is dead,
Die thou, unsung, as tears unshed
Shall dry and die in
Lost Carcosa.
—”Cassilda’s Song” in The King in Yellow Act 1, Scene 2
Uno de los artículos más interesante al respecto, en especial, para aquellos que quieran descubrir parte de las influencias culturales que abarca la creación de la serie, es True Detective, los orígenes de la serie del año.
Por cierto, un mes más tarde, ya me he percatado, yo mismo, de que quizá retrasé mucho el visionado para el análisis de mierda este rigor. Respecto a ello, corramos un tupido velo, ¿okay?