No es habitual que los políticos al uso apliquen la lógica en sus declaraciones; lo mismo se les ocurre construir un aeropuerto en Guadalajara que allanar el terreno al fallido proyecto de Eurovegas, y no pasa nada, como casi siempre; en este caso, la lógica que hemos defendido siempre en este espacio, la aplica una exministra socialista en un arranque de lógica impropio de los tiempso que corren.
El Sr. Montilla educaba a sus hijas en inglés, alemán y español, en un elitista centro privado de la ciudad condal, pero defendía la enseñanza pública casi tanto como la imposición de un catalánq ue no quería para su propia sangre. El de Iznájar aprendió apresuradamente la lengua autóctona cuando se vio abocado a ser el “President” y se topó de bruces con su ignorancia en el idioma políticamente correcto. Con español e inglés, recorre uno el mundo globalizado sin problema alguno de comunicación; con español, mal hablado, y catalán, solo propiciamos una endogamia social y cultural perniciosa para la propia comunidad autónoma, además de no llegar mucho más allá de Granollers. La ministra lo dijo alto y claro, como si no estuviese metida en política, y las redes sociales echaron humo, sobre todo los independentistas, ofendidos porque un progresista utiliza la lubertad de expresión. Tenía razón quien afirmaba encontrar a los nacionalismos aldeanistas próximos al fascismo.