Cuando vi que el argumento de Truman (ID, Cesc Gay, 2015) giraba en torno a la amistad entre Tomás (Javier Cámara) y Julián (Ricardo Darín) y al viaje que realiza el primero, que vive en Canadá, para convencer al segundo, que vive en Madrid, de que su cáncer terminal no debe obligarle a tomar ninguna decisión extrema, pensé que preferiría que me metieran un dedo en el ojo antes que ver esa depresión hecha película.
Pero oye, sale Darín, que suele hacer cine fácil de ver, así que pensé que a lo mejor podía no ser tan terrible. Y es sección oficial, iba a haber rueda de prensa con Darín y Cámara, bla bla. Así que la fui a ver.
Y resulta, oh maravilla, que la peli es entretenida, graciosa, con unas interpretaciones impecables (en papeles fáciles, pero aún así) y que, así en general, es una peli estupenda.
Deprimente, eso sí. Que los personajes son graciosos y dentro de lo dramático de la situación el guión es muy ligero, pero aún así te pasas viendo más de hora y media cómo un tipo le busca dueño a su perro porque sabe que a él le quedan tres telediarios.
Pero, en general, Truman es bonita sin ser cursi, los personajes son divertidos y entrañables, e, importante, la peli termina en el momento justo, en una historia en la que conseguir eso no es nada fácil. Así que, claramente, recomendada.
p.d. Mención especial para Chase, que preguntó por el perro en la rueda de prensa y resultó que dicho perro (Truman, interpretado por Troilo), murió hace tres meses y Darín casi se pone allí a llorar. Pobre hombre.