Trump ha sido el primero en alertar sobre la próxima gran crisis provocada por la Administración Biden: estallidos sociales, inflación disparada, desabastecimiento, economía en quiebra, estanflación, deuda nacional por las nubes y posibilidad real de default (impago de la deuda), que tendría consecuencias catastróficas por los impagos de programas de defensa y sociales, y a nivel internacional en el mercado de bonos.
Los medios de comunicación cómplices de la Administración Biden en el fraude electoral y en ocultar la situación actual de crisis general, no sólo están amparando con sus noticias falsas y manipuladas el desastre de la retirada de Afganistán, la crisis en la frontera sur, que está descontrolada, el alza en la criminalidad y los fallos en la gestión de la pandemia del Covid, también amparan la crisis económica y de empleo, que se ha frenado en seco por culpa de las políticas de Biden y sus demócratas de izquierda radical.
Algunos analistas que pensaban que Trump exageraba sus críticas, ahora ya se dan cuenta de que es cierto que la Administración Biden está destruyendo el país y llevándolo a una crisis monumental debido a su incompetencia, ineficacia y políticas ineptas sacadas de algún manual socialista producto de mentes dañadas por demasiada marihuana y marxismo, como poco.
El panorama no se presenta halagüeño con vistas a la Navidad. Las políticas inflacionarias de Biden se harán sentir con fuerza en los bolsillos y las cuentas corrientes de los ciudadanos. Vean aquí algunos de esos precios al alza y descontrolados en algunos sectores:
Coches de alquiler más del 43% respecto al último septiembre.
Gas 42%
Autos usados 24%
Bacon 19%
Hoteles 18%
Carne de vacuno 18%
Cerdo 13%
Huevos 13%
Televisores 13%
Calzado para niños 12%
Mobiliario 11%
Autos nuevos 9%
Pollo 8%
Manzanas 8%
Restaurante: 5%
Electricidad 5%
Alquiler 2,9%
Hasta ahora han sido muchos los errores que ha cometido esta Administración demócrata de ultra izquierda, pero uno de los más graves es el que está por venir. La crisis económica de Biden que culminará en una temporada navideña de escasez, frustración, rabia y declive económico.
Los últimos datos muestran la gravedad del aumento de la inflación, con el PCE básico (índice de gasto de consumo personal) alcanzando el nivel más alto en 30 años. Ese número valida las lecturas anteriores del índice de precios al consumidor de junio a agosto en 5.3% o más, los niveles de inflación más altos desde 2008. En septiembre subió un 5,4% interanual, ¡la tasa más alta en 13 años! Los precios subieron un 0,4% sólo en septiembre, frente al 0,3% de agosto. El gas, los alimentos y los bienes siguen siendo los principales impulsores de la inflación.
En los últimos 12 meses, el índice de todos los artículos aumentó un 5,4%. Los índices de alimentos y vivienda subieron en septiembre y juntos contribuyeron con más de la mitad del aumento mensual de todos los artículos. El índice de alimentos, en concreto, 1.2%. El índice de energía aumentó 1.3%, y el índice de gasolina subió un 1.2%, de acuerdo a los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Compare esos picos de precios con el final del mandato de Trump, cuando dejó una tasa de inflación moderada de sólo un 1.4% para enero de 2021. De hecho, incluso cuando Estados Unidos reabrió tras las restricciones pandémicas a mediados de 2020, Trump diseñó una recuperación económica con una inflación del 1.4% o menos durante los últimos seis meses de su Administración.
Las comparaciones de gestión ponen en perspectiva la excelente que realizó Trump y la caótica de Biden. El aumento de precios en estos meses de políticas de izquierdas de Biden se ha visto agudizado por la ingente cantidad de préstamos innecesarios y gastos superfluos iniciados por su Administración.
Los precios están subiendo, los salarios reales han bajado y los estadounidenses están luchando por volver al trabajo muchas veces frente al propio gobierno que pone trabas; este es el sello distintivo de la agenda de Biden.
Una vez que Biden robó las elecciones y asentó sus blandas posaderas en el Despacho Oval, jaleado y alentado por los medios progres cómplices en el amaño electoral, utilizó sus ridículas mayorías demócratas en el Congreso para formar un gobierno de ineptos, memos y radicales progresistas más preocupados por lo políticamente correcto que por gobernar bien para los ciudadanos; un gobierno que pidió prestado y gastó demasiado desde el principio, y que desató el derroche fiscal y la subida de impuestos.
Trump está denunciado todo esto y proponiendo medidas alternativas con sus políticas MAGA de probado éxito y la envidia cochina de los demócratas. Los gastos descontrolados de la Administración Biden incluyeron incentivos masivos para que los estadounidenses no trabajaran, incluidos beneficios por desempleo demasiado altos y una moratoria sostenida en el pago de alquileres.
Como era de esperar, estas políticas suicidas han arrojado niveles de escasa creación de empleo, en comparación con las altas tasas que logró Trump. La falta de trabajadores dispuestos a trabajar, a su vez, ha obstaculizado y ralentizado la recuperación económica en general, y ha amplificado los fallos que ha provocado Biden en la cadena de suministro y que afectan a toda la economía.
Es el resultado de pagar sin interrupción a millones de personas para que se queden en casa durante meses tocándose las narices o viendo bobadas en la televisión. Algo que ya está provocando una crisis alucinante. Faltan camioneros, personal de almacén, operarios y todo tipo de trabajadores.
Para completar el desastre, la Administración Biden se dispone a aprobar un presupuesto quebrado que arruinará al país con efectos inflacionarios masivos. Para empeorar aún más las cosas, el mandato inconstitucional y poco científico de la Administración Biden de imponer las vacunas y la mascarilla a la gran mayoría de los trabajadores estadounidenses como condición para que conservar el empleo o ser empleados, llevará a más trabajadores a la marginalidad y la economía sumergida, y a nuevos estallidos sociales de ciudadanos muy cabreados, y con razón.
Esta política también la practica el pésimo gobierno español social comunista para aumentar su control social e imponer el miedo y la sumisión de la población.
El caos que se avecina es demoledor. De momento, más de 250.000 contenedores de envío están atascados en puertos de Estados Unidos, con una acumulación récord antes de fechas tan señaladas como Acción de Gracias o Navidad.
La pregunta que se hacen muchos expertos económicos es cuáles serán los resultados de los puertos obstruidos y la incapacidad de mover productos. En las próximas semanas y meses, la escasez de mercancías se agravará aún más y culminará en la escasez de bienes de consumo vitales justo en la crítica temporada de compras navideñas. Por culpa de las políticas del régimen de Biden es muy probable que muchos artículos que los estadounidenses desean y necesitan no estarán disponibles. En cuanto a los productos que estarán en stock, los precios desorbitados sorprenderán a los clientes, un pico que muchos gigantes del consumidor como Costco y Nike ya han advertido que durará hasta fin de año.
Por desgracia, esto es común a otros países con gobiernos social comunistas, como el de un tal Sánchez en España, donde la crisis de empleo, social y económica es brutal, y si no deriva en disturbios sociales es porque los medios se encargan de tener anestesiada, engañada y manipulada a la población.
Trump ha puesto el dedo en la llaga en los últimos días. Además de estos obstáculos económicos, los ciudadanos de la clase trabajadora enfrentan un duro invierno con el coste de la calefacción en los hogares excesivamente alto. Por ejemplo, millones de estadounidenses utilizan el propano para calentar sus hogares, y los precios casi se han triplicado desde que Biden fue elegido. La perspectiva no es mucho mejor para el gas natural, porque esos precios han subido un descontrolado 89% desde que Biden fue puesto en la Casa Blanca vía fraude electoral. La propia Administración Biden reconoce, con desvergüenza, que espera un aumento del 54% en los precios de la calefacción este próximo invierno. Y hay que tener en cuenta que casi la mitad de los hogares usan gas natural para la calefacción. El daño a la clase media será brutal.
También la gasolina ha subido un 25%. Estos aumentos de precios duelen más en tanto que Trump había transformado nuestro país en una potencia energética independiente. Esa herencia ha sido destruida por Biden y sus nefastas políticas energéticas, que han vendido al país a los extranjeros. Como es habitual con las políticas socialistas, las personas de ingresos modestos pagarán un precio desorbitado a medida que bajen las temperaturas en las próximas semanas.
La segunda fuente de calefacción para los hogares es la electricidad, que representa el 41% del país, y esos hogares podrían ver un aumento del 6%. Los hogares que usan combustible propano para calefacción, que representan el 5% del país, podrían ver un aumento del 43%. Una pasada total.
Una de las razones de las facturas de calefacción más elevadas es el aumento de los precios de las materias primas energéticas después de que cayeron a mínimos tras varios años en 2020, producto de la sustitución de las políticas energéticas de Trump por las de Biden y los demócratas. El gas natural, por ejemplo, ha subido a su precio más alto desde 2014, aproximadamente un 90% durante el último año. Mientras tanto, el precio mayorista del combustible para calefacción se ha más que duplicado en los últimos 12 meses. Además, los precios del combustible para calefacción están ligados al precio del petróleo crudo, que ha subido más del 60% este año.
Por cierto, que algo similar ocurre en España con las políticas socialistas, que tienen disparado el coste de la luz, el gas y la energía en general, empobreciendo cada vez más a la gente y haciéndola dependiente del gobierno que controla sus vidas.
Muchos ciudadanos estadounidenses se han dado cuenta de estas realidades económicas que Trump está poniendo bajo el foco, tal como reflejan varias encuestas a nivel nacional, en las que Biden sigue cayendo en picado por su mala gestión.
Ya está comprobado que para llegar a fin de mes, las familias están reduciendo el gasto. Casi el 22% de los estadounidenses tuvo que reducir o renunciar a los gastos de necesidades básicas, como medicinas o alimentos, para pagar una factura de energía en al menos uno de los últimos 12 meses, según una encuesta realizada en septiembre por la Oficina del Censo.
La ineptitud de Biden al gestionar la economía, la inseguridad fronteriza, el daño a la defensa nacional etc, lleva a los ciudadanos a un pesimismo generalizado, ya que una gran mayoría considera que el país está en el camino equivocado.
Los ciudadanos sienten el declive, tras vivir muy bien con Trump, mientras experimentan la realidad de los reabastecimientos costosos y los bienes escasos, los elevados precios, la inseguridad, el desprestigio internacional y la crisis económica y de empleo. Si los republicanos del Congreso no cambian esto, vía presión sobre el presupuesto y la deuda nacional, la próxima Navidad será negra, en consonancia con los que gobiernan desde la izquierda radical.
Hay formas de prepararse para afrontar esta degradación a nivel individual, pero más les vale hacerlo desde ya mismo y por su cuenta, porque los regímenes socialistas de Biden en Estados Unidos y de Sánchez en España, sólo miran por sí mismos y sus derroches en chiringuitos aliados. Para afrontar este otoño e invierno convulsos, nada mejor que ahorrar cuanto puedan, pasar tiempo en familia, adelantar sus compras esenciales de la temporada de Halloween, Acción de Gracias y Navidad, disfrutar de la buena música country del juke box de mi web: www.jamesnava.com y leer mis artículos y novelas (https://libreriasniperbooks.com/) en casa bien calentitos.
A nivel político, los republicanos del Congreso necesitan el coraje para detener la agenda de Biden, que busca subir las tasas de interés y aprovechar la crisis para impulsar la Agenda 2030, y aplicar un torniquete fiscal dañino para detener el aumento de la inflación. Pueden hacerlo a través del techo de la deuda, que es la gran batalla que tiene lugar entre demócratas y republicanos en estas semanas cruciales para el futuro inmediato del país.
Nueve meses después de meterse en la Casa Blanca de forma fraudulenta, Biden se ha confirmado como el desastre que predijimos, ha llevado a Estados Unidos a una grave escasez de mano de obra, una elevada inflación y cadenas de suministro rotas. Entretanto, tal y como indican todas las encuestas, Trump sigue ganando puntos de apoyo ante los ciudadanos con sus propuestas políticas cargadas de sentido común. Trump, y no Biden, representa la gran esperanza para recuperar lo mejor de los Estados Unidos.