El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a insistir en las posibles sanciones impuestas a la compra de vehículos extranjeros. Esta vez las amenazas afectan directamente a las compañías automovilísticas alemanas, especialmente a BME, Daimler Mercedes y Volkswagen.
Posibles sanciones que afectarán a las marcas alemanas
No hay ninguna normativa impuesta, pero las amenazas podrían hacerse efectivas. Se trataría nada menos que de una imposición que podría alcanzar hasta el 35% del valor del vehículo europeo.
Teniendo en cuenta que este gravamen ya existe en un 2,5% por turismos convencionales y un 25% por modelos pick-up, las empresas alemanas se verían seriamente comprometidas.
El mercado norteamericano para las compañías alemanas
Pese a que los automóviles europeos no son precisamente los más solicitados por parte de los norteamericanos, el mercado sí es lo suficientemente rentable.
Daimler Mercedes vendió 372.204 unidades durante el año 2017, lo que implica el 14% de todo su mercado. En BMW el porcentaje es algo similar, con 305.685 unidades. Volkswagen se descuelga un poco de estos ratios, aunque su cifra de coches vendidos sigue siendo alta, hasta los 339.676 unidades.
En realidad, no son las únicas empresas alemanas que se verían afectadas por esta imposición arancelaria. Audi también se juega su cuota de ventas del 5,8%, que equivale en su caso hasta 625.100 unidades vendidas en el año 2017.
La necesidad de recuperar negociaciones
Mientras Donald Trump prosigue en esta línea que tiende hacia el proteccionismo económico de los Estados Unidos, derivada de la ruptura de negociaciones relativas al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), otras autoridades tienden a una postura diferente.
Entre ellas, las patronales de fabricantes de vehículos, que insisten en que Alemania dispone de fábricas en territorio estadounidense, lo que implica desarrollo económico, ingresos fiscales y generación de empleo de profesionales norteamericanos.
De hecho, la producción de automóviles alemanes en Estados Unidos supera incluso la cantidad de ventas que se producen en el país, mientras que la cantidad de empleados alcanza en algunos casos como en la fábrica de BMW en California, los 9.000 puestos de trabajo.