WASHINGTON (AP) – El presidente Donald Trump se atribuye el mérito de una histórica cumbre intercoreana, pero ahora enfrenta la carga de ayudar a convertir la visión audaz pero vaga de los líderes coreanos en realidad tras más de seis décadas de hostilidad.
Trump debe lidiar con dos sospechas persistentes: primero sobre su propia idoneidad para llevar a cabo ese tipo de negociación de guerra y paz y triunfar donde sus predecesores han fallado; en segundo lugar, si el líder norcoreano, Kim Jong Un realmente está dispuesto a renunciar a las armas nucleares que su nación demoró décadas en adquirir.
“Todavía no está claro si Corea del Norte todavía cree que puede tener su torta y comérselo también”, dijo Victor Cha, quien hasta enero había estado postulado para convertirse en el embajador de Trump en Corea del Sur. Cha dijo que si bien los ánimos de la cumbre intercoreana obtuvieron una calificación de “A”, la reunión no pudo aclarar si Kim está dispuesto a renunciar a sus armas nucleares o si está interesado en congelar sus programas a cambio de sanciones y ayuda económica. y asistencia energética.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca con la canciller alemana Angela Merkel el viernes, Trump se deleitó con la continuación de la reunión entre Kim y el presidente surcoreano Moon Jae-in, y dijo que tiene la responsabilidad de tratar de lograr la paz y la desnuclearización.
“Y si no puedo hacerlo, será un momento muy difícil para muchos países y mucha gente. Sin duda, es algo que espero poder hacer por el mundo”, dijo.
Mientras que Moon y Kim se comprometieron a buscar un final formal de la Guerra de Corea para fin de año y liberar a su península de armas nucleares, no especificaron cómo se lograría. Y ahora la presión para lograr resultados, al menos por parte de los aliados, se ha trasladado a Trump.
“Habrá una sugerencia de que los surcoreanos lo han solucionado muy bien y que no va a tener la opción de marcharse enojado”, dijo Christopher Hill, quien fue el principal negociador de EE. UU. Con Corea del Norte bajo el gobierno de George. Administración de W. Bush.
Trump dejó pocas dudas de que la cumbre sin precedentes entre Estados Unidos y el Norte, programada tentativamente para mayo o principios de junio, continuaría. Dijo que estaba esperando la reunión y que “debería ser todo”. Estados Unidos redujo la elección de la sede de la cumbre a dos lugares que no mencionó.
El presidente se retractó de las críticas que dicen que Kim lo está manipulando, y que se ha cambiado abruptamente a la diplomacia después de que el año pasado se convirtiera en una potencia nuclear que pudiera amenazar a Estados Unidos continental.
“No creo que haya tenido este entusiasmo por alguien, por querer llegar a un acuerdo”, dijo Trump en la Oficina Oval. “No vamos a jugar, está bien. Esperemos que hagamos un trato. En el pasado, Estados Unidos se ha jugado como un violín”.
El nuevo secretario de Estado Mike Pompeo, que en ese entonces director de la CIA se reunió con Kim hace cuatro semanas en Corea del Norte, dijo a los periodistas en Bruselas que tenía la impresión de que Kim hablaba en serio sobre la negociación de la desnuclearización debido a la campaña de presión económica dirigida por Trump .
Pero Pompeo añadió una palabra de advertencia: “Siempre tengo cuidado. Aquí hay mucha historia, se han hecho promesas, se han levantado esperanzas y se han acabado”.
Corea del Norte ya ha llamado a detener las pruebas de misiles nucleares y de largo alcance, lo que ha ayudado a reducir las tensiones de manera significativa. Pero Mark Fitzpatrick, director ejecutivo del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos con sede en Washington, dijo que la promesa de la desnuclearización ahora debe estar respaldada por acciones tangibles, como el final de la producción norcoreana de material fisionable que puede usarse para bombas y el desmantelamiento de instalaciones nucleares.
Hill, el ex negociador estadounidense, dijo que los principales obstáculos para la administración Trump serían establecer un cronograma para la desnuclearización y superar la reticencia de Corea del Norte a permitir un proceso de verificación, una falla en los acuerdos anteriores de ayuda para el desarme.
“Me guío por mi experiencia, que fue lo que dijeron todas las cosas correctas, pero nos dieron una declaración que no era completa y no del todo precisa, y tampoco nos dieron ningún tipo de protocolo de verificación”, dijo.
A pesar del optimismo, Trump reiteró el viernes que la campaña de presión liderada por Estados Unidos podría continuar “hasta que ocurra la desnuclearización”.
Corea del Norte fue golpeada con restricciones económicas sin precedentes durante un febril año 2017, cuando los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte intercambiaron amenazas mientras Kim empujaba a su nación al borde de disparar un misil de punta nuclear en el continente estadounidense.
El clima diplomático ha cambiado dramáticamente este año, ya que Kim ha terminado su aislamiento internacional, llegando a Corea del Sur, Estados Unidos y China.
El secretario de Defensa, Jim Mattis, dijo que Estados Unidos es “optimista ahora que hay una oportunidad aquí que nunca hemos disfrutado desde 1950” y cualquier progreso dependerá de los diplomáticos. Se estaba refiriendo al año en que estalló la Guerra de Corea.
La lucha, que también involucró a China, se detuvo tres años más tarde después de que se habían perdido cientos de miles de vidas, a través de la declaración de un armisticio, no de un tratado de paz. Eso ha dejado a la península en un estado técnico de guerra durante más de seis décadas.
___
Las escritoras de Associated Press Jill Colvin y Lolita C. Baldor en Washington y Matthew Lee en Bruselas contribuyeron a este informe.
Lee mas
https://apnews.com/0f306fed368947b1b101567a4ecc0440
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure