Medio mundo (o quizás más) sigue preguntándose como es posible un ascenso a la presidencia del país más poderoso del mundo de un ser de tal calado, con un discurso tan feroz, populista, demagogo y antiglobalización como Donald Trump.
Y es que, como casi siempre, hechamos la culpa a factores externos a nosotros mismos, como sociedad en sí, sin pararnos un momento como estamos educando a nuestros propios seres queridos, es más, como estamos auto educándonos nosotros mismos, creando una burbuja, un caparazón, una barrera de contención ante criticas, problemas globales y problemas propios.
Nos educan para vivir en una burbuja
Estamos creando cosas tan inverosímiles como espacios de protección del alumnado en universidades. Básicamente alejamos a la sociedad de la critica de lo establecido, por eso cuando alguien como Trump irrumpe con lenguaje tan claro, esta sociedad, a la que malamente queremos proteger, confundiéndolos, haciéndoles creer en ese mantra que tantas verdades a medias, sin saber distinguir la demagogia o las consecuencias de esas medidas.
Sin crítica seguiremos teniendo a mandatarios que nos venden su éxito como nuestro, sin entender que es solo de ellos y que nadie va a solucionar nuestros problemas. Ellos solo están para gestionar y que en esa gestión salgamos lo menos perjudicado.
Esto es democracia y la única manera de mejorarla es con la educación, una educación que nos permita ir más allá, ser críticos con los dogmas establecidos, capaces de aceptar otros puntos de vista y donde seamos valientes, valientes para poder afrontar otras realidades, valientes para saber que cada uno somos capaces de cambiar el mundo y de afrontar nuestras propias responsabilidades.
La creencia de superioridad intelectual occidental nos hace caer una y otra vez en el error de que nunca más cometeremos los errores del pasado, pero aquí estamos, elegiendo gobernantes que proponen políticas proteccionistas, vuelve el miedo a lo que viene de fuera, exaltación de lo nacional, leyes racistas y actitudes despotas que nos recuerdan a mandatarios de no hace tanto.
Educar, promulgar, criticar y aprender del pasado, porque el poder esta en la gente de calle y estos, nosotros, no debemoscaer en la auto condescendencia y, más aún, no debemos permitir que generaciones futuras caigan por culpa de un proteccionismo estéril.