Revista Comunicación

Trump gana las elecciones

Publicado el 09 noviembre 2020 por Jamesnava123

Finalmente, se cumplieron mis previsiones. Donald Trump ganó las elecciones de 2020 con un landslide y los demócratas cometieron un golpe fraudulento para lograr la Casa Blanca. La noche electoral ganaba Trump claramente hasta que se detuvieron los recuentos en estados claves donde estaba liderando: Wisconsin, Michigan, Pennsylvania, Arizona y North Carolina. Después de meter miles de votos ilegales procedentes del correo y reanudar el recuento, Biden se puso en cabeza de forma milagrosa.
Las tremendas irregularidades que se han detectado señalan a un fraude masivo cometido por los demócratas en esos estados decisivos. La mayoría de los medios de comunicación, salvo unos pocos, la prensa y las redes sociales han amparado desde entonces este golpe fraudulento para aupar a la presidencia al corrupto Biden y la ultra izquierdista Harris. Cierto que ya lo esperábamos en la campaña electoral de Trump desde hacía meses. Llevan años mintiendo sobre el presidente y su Administración, y conscientes de que iba a ser reelegido, han organizado el mayor fraude de la historia basado en miles de votos ilegales.
Sin embargo, esta elección está lejos de terminar. Trump es un luchador y va a pelear por su victoria justa hasta el Tribunal Supremo si es necesario. Biden no ha sido certificado como el ganador de ningún estado, y mucho menos ninguno de los estados altamente disputados que se dirigen a recuentos obligatorios, o estados donde la campaña presidencial tiene desafíos legales válidos y legítimos. Los fraudes han sido tantos y tan variados, desde votos de muertos, pasando por más de 1.700.000 de votantes inexistentes, hasta software que hacen trampas, que llevará semanas desentrañar el golpe corrupto que pretenden los demócratas.
Todos deben recordar que la elección presidencial no la deciden los medios de comunicación ni la prensa, la deciden los votos legales. Y 71 millones de votos legales han dado la victoria y la reelección a Trump.
Ahora, la misma gente que ha pasado cuatro años mintiendo sobre el impeachment, la trama rusa y otras Fake News sobre el presidente, es la misma gente que intenta cometer fraude en las elecciones para que gane Biden. Es triste que una gran parte de la prensa y los medios estén participando en esta farsa. Es un golpe a la democracia americana para controlar Estados Unidos y venderlo a otros intereses que no son los del pueblo estadounidense. Trump está luchando por el estado de derecho y la Constitución de forma impecable. Todos los que se precipitan a felicitar a Biden y dar por bueno el resultado del fraude, no tienen ningún respeto por el debido proceso electoral.
Si el caso fuera el revés y Biden estuviera en la posición de Trump, todos clamarían porque se completaran los recuentos de votos y se aclaran las circunstancias ilegales que tenemos planteadas. Dado que los medios odian al presidente y no cansan de mentir, participan encantados de este fraude colosal.
Personalmente, si Joe Biden hubiera ganado la Casa Blanca de forma justa, me molestaría que un corrupto y una marioneta del establishment se hiciera con el poder; me decepcionaría lo que han votado algunos americanos, pero lo aceptaría sin problema. Pero no ha ganado de forma honesta. Ha hecho trampa y fraude en un nivel nunca visto en EE. UU.
Como ya anticipé en otro artículo, los demócratas nunca creyeron que podrían ganar esta elección honestamente, por eso enviaron millones de papeletas no solicitadas sin ninguna medida de verificación. De tal manera que ahora hay miles de votos ilegales que pretenden que decidan el ganador. Y no. Los únicos votos que cuentan son los legales, y de ésos, Trump tiene la mayoría.
El fraude demócrata se está exponiendo claramente y quedará en evidencia en estas semanas. Al igual que en 2000, cuando Bush se impuso a Gore y emergió como ganador 37 días después de que los medios dieran por vencedor al demócrata, Trump logrará la reelección si se impone la justicia y los votos legales válidos.

El objetivo del presidente Trump no sólo es certificar la victoria justa que ha obtenido, sino defender la integridad de las elecciones y del sistema. No podemos permitir que la corrupción robe una elección tan importante o cualquier elección. No podemos permitir que nadie silencie a los votantes honestos. No lo permitiremos. Los demócratas, con la complicidad de los medios de Fake News, quieren dar un golpe de estado que algunos ya anticipamos antes de las elecciones y para el que nos hemos preparado. Deben saber que Trump tiene un plan para afrontar esta situación y sólo hay que dejar que actúen los mecanismos legales.
La realidad es que Trump ha ganado en muchos de los estados decisivos, como Florida, Ohio, Pennsylvania, Texas, Michigan, Wisconsin, North Carolina y Arizona, a pesar de la interferencia escandalosa de los grandes medios, el gran capital y las grandes tecnológicas (Big Media, Big Money y Big Tech). Trump ha ganado las elecciones. Hay que repetirlo día y noche hasta que los demócratas lo asuman.
Trump ganó su reelección el martes 3 de noviembre y seis estados dejaron de contar votos cuando ganó. Ahora, cuando entramos en la semana del 9 al 15 de noviembre, se abren los recuentos obligatorios y la justicia tendrá la última palabra.
Si somos honestos y justos, es momento de enojarnos con lo que está sucediendo. Esta elección no se parece a ninguna de las que hayamos presenciado. La corrupción sistémica de los demócratas es impresionante y desvergonzada. Si desea saber cuándo llegará la solución, también debe saber que todavía se están contando los votos, no se han iniciado recuentos, se ignoran los desafíos, 5 estados están dentro del uno por ciento, pero los medios han declarado que Biden ganó sin ninguna garantía y respaldo legal cuando todo apunta a lo contrario, que quien ganó realmente es Trump.
Tenemos a un grupo de personas corruptas que tienen un desprecio absoluto por el pueblo estadounidense, que cree que somos tan cobardes y tan reacios a defendernos que nos pueden robar la presidencia. Y no es así. Vamos a luchar como gladiadores, como espartanos, como auténticos héroes americanos en el campo de batalla.
Sí, prepárense a soportar las mentiras habituales contra el presidente mientras todo el establishment nacional se apresura a abrazar a Biden, el ungido de los medios de comunicación, y se nos enseña a olvidar cinco años de ataques brutales de los demócratas y a ser amables y "trabajar juntos" mientras por detrás sostienen públicamente que quieren purgar a los partidarios de Trump, perseguirlos como a los cristianos en tiempos de la antigua Roma. De momento, las grandes tecnológicas ya están censurando a las voces conservadoras para que no compartan información sobre las irregularidades post-electorales ni informaciones contrastadas que demuestran el fraude demócrata.
Independientemente de lo que suceda en los próximos días y semanas, lo que está pasando debe ser una llamada a la acción para ejercer el liderazgo conservador sin miedo ni cobardía. Es hora de que demos otro paso al frente y luchemos por una reelección justa. Tenemos tiempo hasta el 14 de diciembre, cuando el Colegio Electoral debe proclamar al presidente. No podemos dejar de luchar por la integridad de la Constitución y el estado de derecho. No podemos renunciar a nuestro país sin luchar. Esta elección no debe ser robada por los demócratas.
La dimensión del fraude exige que luchemos como leones. Cada voto legal por el que luchamos representa a un estadounidense cuyos antepasados combatieron injusticias y derramaron sangre en algún momento, en algún lugar, por nuestra nación. Debemos hacerlo por ellos, por nuestra historia y por nuestro futuro si queremos un país verdaderamente libre y democrático, no sometido a los grandes poderes que deciden lo que quieren al margen de los ciudadanos.
Hoy, más que nunca, Trump representa la esperanza de que la legalidad se imponga finalmente y nuevas promesas sean cumplidas. No toleraremos que el Colegio Electoral admita los votos ilegales que distorsionan la voluntad del pueblo en esos estados que votaron legalmente. Si hay justicia, Trump jurará como presidente electo el 20 de enero de 2021.

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