La crisis del coronavirus se ha convertido en el último frente de batalla entre el presidente Trump y los medios de comunicación de izquierda. De los mismos que crearon el Rusiagate y el falso impeachment, llega ahora el fin del mundo de la mano del covid-19.
Y como no podía ser de otra manera, Trump ha vuelto a noquear a esos medios manipuladores de la realidad con una buena gestión de la crisis sanitaria. De tal manera que los ciudadanos aprueban al presidente en un porcentaje del 65% y la credibilidad de los medios cae en picado y se sitúa en el 44%, de acuerdo a los datos de Gallup.
Los medios se han quedado sin munición para atacar al presidente. Le criticaban que no diera ruedas de prensa, pese a que las declaraciones de Trump siempre han sido habituales, pero ahora que comparece ante los medios todos los días, no quieren cubrir esos actos porque la popularidad y apoyos al presidente aumentan sin parar.
Lo acusaban de dejar caer el sistema de salud, y Trump ha respondido con el mayor plan de rescate federal que se recuerda desde la Segunda Guerra Mundial. Lo acusaban de no ayudar a empresas y ciudadanos, y Trump ha puesto dinero en efectivo y ayudas fiscales para todos.
Lo acusaban poco menos que de dictador, y se ha mostrado como el presidente más democrático y transparente en sus decisiones. Gracias a su liderazgo y determinación, el Congreso aprobó la H.R. 748 the CARES Act, el paquete de 2,2 billones de dólares para luchar contra el coronavirus.
Lo acusaban de no escuchar a los Gobernadores, y Trump se ha convertido en el salvavidas de esos Gobernadores, demócratas y republicanos, con sus declaraciones federales de desastre de los estados más afectados por la pandemia, que permite recibir ayudas federales.
Lo acusaban de favorecer el sector privado, pero Trump ha puesto a trabajar juntos al sector público y privado para ofrecer soluciones a la cadena de suministro de equipos médicos y farmacéuticos.
Lo acusaban de dinamitar las alianzas con Europa, pero Trump acudirá en rescate de España, Italia y otros países europeos con equipos médicos y ayudas económicas.
Trump ha puesto en evidencia a los medios progres y a sus periodistas lacayos con una gestión equilibrada, adecuada y mesurada de la crisis del coronavirus. Gracias a la cual, Estados Unidos pronto estará en marcha de nuevo y con una economía en auge.
El presidente ha acertado en sus decisiones al combinar hábilmente prevención, prudencia, sin el histerismo de algunos medios y sectores, sin pánico, pero con determinación y medidas efectivas para combatir el virus chino.
Esta crisis ha puesto de manifiesto también lo acertado de sus políticas que han logrado la independencia energética, la Independencia de la fabricación, sin depender de China y países extranjeros, la independencia económica y la independencia territorial con fronteras seguras.
Alrededor de un centenar de medidas adoptadas por el presidente Trump han sido la ofensiva para ganar esta guerra al coronavirus. Y los ciudadanos aplaudimos esta gestión del presidente que permitirá a los Estados Unidos salir fortalecido y equilibrar seguridad sanitaria, social y económica.
Entretanto, Trump sigue noqueando a los medios progres, sus noticias manipuladas y su narrativa que falsea la realidad. Lo hace con sentido del humor, con firmeza, con valentía y sin arrugarse ante los manipuladores que han intentando e intentan destrozar su presidencia.
Una nueva victoria de Trump, que sella su reelección en noviembre.