El objetivo de Donald Trump son las elecciones presidenciales de 2024. Todos sus esfuerzos se enfocan en lograr la victoria en un proceso electoral que vuelva a ser transparente y recupere la confianza de los ciudadanos, que Biden y los demócratas han destruido con su fraude en 2020.
Para ello, ha fijado en su punto de mira seis estados clave: Arizona, Georgia, Michigan, Pennsylvania, Ohio y Wisconsin, que son vitales para alcanzar la mayoría del Colegio Electoral y la Casa Blanca. Son los 73 votos electorales que Biden se llevó vía fraude electoral, tal y como reflejan las auditorías y los estudios realizados hasta ahora, y que en realidad ganó Trump, junto con los 18 de Ohio, que no pudieron arrebatarle ni siquiera con fraude. No es una opinión, es un hecho verificable y conocido ya por todos los estadounidenses.
Trump y su equipo de leales colaboradores trabajan ya para ganarlos de nuevo, conservar también Ohio, y garantizar que en 2024 las elecciones en todos ellos sean justas y libres de corruptelas demócratas. Hasta ahora ese trabajo se ha centrado en realizar mítines y respaldar a numerosos candidatos conservadores defensores de la agenda MAGA en esos estados, pero también en introducir cambios en el proceso electoral que lo haga más riguroso mediante acciones de las legislaturas estatales.
Es la única manera efectiva de controlar el proceso electoral y evitar graves irregularidades y trampas. Los primeros resultados de estos esfuerzos se conocerán en 2022, cuando se celebren las elecciones midterm.
Entretanto, el súper PAC de Trump, "Make America Great Again" ha realizado varias encuestas hace poco en los seis estados para pulsar la opinión y tendencia de voto sobre Trump y Biden. Las encuestas revelaron que Trump lideró a Biden en Arizona en 8 puntos porcentuales, en Georgia en 3 puntos, en Michigan en 12 puntos, en Pennsylvania en 6 puntos, Ohio en 8 puntos y en Wisconsin en 10 puntos.
En otra encuesta realizada en los estados del noroeste (Maine, New Hampshire, Vermont, Massachussetts, Rhode Island, Connecticut, New York, New Jersey, Delaware y Maryland), Trump aventaja a Biden con un 43% frente al 38%.
Un año después de que Biden fuera puesto en el Despacho Oval por sus socios en el fraude electoral, vemos confirmarse la tendencia de apoyo masivo a Trump. Encuesta tras encuesta se refleja claramente que sigue siendo el favorito del Partido Republicano. Más del 80% de los votantes conservadores quieren que Trump se postule de nuevo en 2024, cifra que sigue aumentando cada mes. Otra encuesta reciente de Redfield & Wilton Strategies mostró que el 44% de los estadounidenses votaría por Trump, mientras que sólo el 39% apoyaría a Biden; es una ventaja de 5 puntos porcentuales a favor de Trump. Y no es algo circunstancial, la tendencia es sólida y aumenta entre los votantes de todo signo: republicanos, independientes, hombres, mujeres, blancos, negros, hispanos, asiáticos e incluso parte del electorado demócrata, que está hasta las narices de las crisis y las tonterías socialistas de la Administración Biden y del Partido Demócrata.
Si logramos garantizar que el proceso electoral vuelva a ser limpio en esos estados, Trump los ganará de nuevo en 2024 y ni Biden ni ningún demócrata se los podrá arrebatar.
El equipo de Trump se mantiene pegado a la calle y a los intereses de los ciudadanos, por eso ha venido encuestando y preguntando a los votantes acerca de diferentes temas de plena actualidad: el control de armas, la Segunda Enmienda, el aborto, la inmigración, Afganistán, el ejército, la economía, los impuestos, la educación, la cultura, la libertad religiosa, etc. De acuerdo a los resultados, Trump está por delante de Biden en todos ellos y conecta más con lo que piensan los ciudadanos.
Las encuestas también encontraron que Trump es más confiable que Biden para liderar el país y gestionar la reconstrucción de la infraestructura de Estados Unidos, el gasto federal, los impuestos, la frontera, Afganistán, la inflación, la reconstrucción de la economía, y garantizar la creación de empleo, la seguridad nacional y la independencia energética.
Otra encuesta reciente realizada por USA Today y la Universidad de Suffolk mostró que hay más estadounidenses que se oponen a que Biden busque otro mandato en la Casa Blanca a que Trump se postule nuevamente en 2024. Casi dos tercios (64%) de los encuestados dijeron que se oponían a que Biden buscara otro mandato. Un 42% del electorado general ve bien que Trump se presente en 2024, y entre los republicanos ya alcanza el 85%.
No sólo las estadísticas y la tendencia de voto son favorables a Trump, también los ingresos económicos respaldan la previsible candidatura en 2024. Para consolidar la parte financiera, ya se está preparando la mayor recaudación de fondos por parte del súper PAC "Make America Great Again, Again!", que reunirá a los principales donantes republicanos en Palm Beach, Florida, el próximo 2 de diciembre en Mar-a-Lago. ¡Aligeren sus billeteras y cuentas corrientes, damas y caballeros! La causa lo merece.
Los datos de apoyo a Trump llegan en un momento oportuno, cuando las cifras de las encuestas sobre Biden se han derrumbado a causa del rápido aumento de la inflación, los altos precios de la gasolina y los alimentos, la pérdida de la independencia energética, la crisis de seguridad en la frontera sur, la llegada incontrolada de inmigrantes ilegales, el desastre de la retirada de Afganistán, la pérdida de las recientes elecciones en Virginia y en otros estados, y las nuevas revelaciones que demuestran el fraude electoral.
Lo que no importa es si Biden se presentará o no en 2024, ya sea él o cualquier otra marioneta demócrata, todo indica que Trump ganaría a cualquiera de ellos en unas elecciones justas y en las que no haya graves irregularidades ni fraudes organizados.
Noticias recientes como la absolución de Kyle Rittenhouse, que reafirman la Segunda Enmienda y el derecho de autodefensa; el ataque terrorista que cometió Darrell E. Brooks, un fanático supremacista negro racista que apoya al BLM, en Waukesha, Wisconsin, mediante un atropello masivo contra un desfile navideño que ha dejado un saldo de 62 personas heridas, incluidos 18 niños, y 6 muertos; y la revuelta de los padres contra la imposición de la teoría crítica de la raza y la cultura "woke" en las escuelas, han venido a reforzar tres de los temas de debate que lidera Trump: la defensa de la Segunda Enmienda, la denuncia del terrorismo doméstico que efectúan BLM, Antifa y otros grupos radicales de ultra izquierda, con el amparo y la justificación de los medios progres y el Partido Demócrata, y la necesidad de impulsar una educación patriótica y libre de socialismo y sus mierdas habituales.
Así, mientras Biden continúa con sus difamaciones, por ejemplo, continúa negándose a retractarse de las acusaciones falsas de supremacía blanca contra Kyle Rittenhouse, el presidente Donald Trump ha hecho lo correcto e invitó esta pasada semana a Rittenhouse a Mar-a-Lago para reunirse con él después de que un jurado confirmara que actuó en defensa propia contra los terroristas urbanos de BLM y Antifa en Kenosha el verano del año pasado. Algo que aplaude la mayoría de la gente.
Todo se pone de cara para que Donald Trump luche y gane de nuevo la presidencia de los Estados Unidos en 2024.