Hay pocas cosas tan emocionantes como una campaña electoral estadounidense para la presidencia. Tal vez contemplar lobos en libertad, pero poco más.
Desde luego, la campaña para las presidenciales de 2020 promete emoción a espuertas. Dentro de las iniciativas que hay planteadas para llevar a Donald Trump a la reelección, destaca la operación Trump Victory; una operación conjunta del Partido Republicano, la campaña de Trump y los Partidos Republicanos de varios estados.
Su arranque ha sido durante el mes de julio, que se inició con la "Semana Nacional de Capacitación", una iniciativa para capacitar a más de 6.000 voluntarios y registrar votantes en 14 estados en los que los republicanos y Trump han establecido sus perspectivas de éxito para el 2020. De esta forma, la campaña de Trump y el Comité Nacional Republicano (RNC) están movilizando a miles de voluntarios en estos estados donde la batalla electoral será decisiva, e incluye algunos de los estados que el presidente Trump perdió en 2016 por poco margen de votos. Se trata de expandir el mapa electoral antes de 2020 para lograr un landslide mayor que en 2016. O sea, el gran bofetón electoral que va a enviar a los demócratas a orbitar alrededor de la Tierra y a hacerles llorar de nuevo. Y no digamos la patada en sálvese las partes a los medios progres.
Mientras esto se produce, el comité está agregando a su lista de directores estatales que supervisan los esfuerzos de organización, diverso personal de apoyo en Colorado, Iowa, Minnesota, New Hampshire, Carolina del Norte, Wisconsin y Virginia, entre otros. Y es sólo el comienzo de esta gran movilización.
El mensaje es nítido. Trump ganó tres de esos estados, Iowa, Carolina del Norte y Wisconsin, en 2016, y bajo la expansión de Trump Victory los estados que perdió son ahora campo de batalla electoral en la que los republicanos apuestan por ganar en 2020 y expandir la victoria republicana.
La Semana Nacional de Entrenamiento, la segunda de Trump Victory desde el mes pasado, se centra principalmente en el registro de votantes, con algunos de los esfuerzos más significativos que se llevan a cabo en Florida y Michigan, dos estados que Trump ganó en 2016 y que se consideran cruciales para ganar un segundo período. Solo en Florida, el grupo de trabajo ha llevado a cabo 25 eventos de capacitación durante la penúltima semana de julio. En Michigan, hubo 20 eventos. Otros cuatro estados, Pennsylvania, Texas, Virginia y Carolina del Norte, tendrán al menos 12 en semanas próximas. El calendario de eventos y reclutamiento de voluntarios se irá acelerando conforme se acerque 2020.
La Semana Nacional de Capacitación más reciente se ha producido después de que tres entidades relacionadas con Trump (la campaña de Trump, el Trump Victory y el Comité de Trump Make America Great Again (TMAGAC)) publicaran una recaudación de fondos de 56.7 millones de dólares en el segundo trimestre de 2019. Dinero no va a faltar para esta campaña electoral.
Los entrenamientos que se llevan a cabo son una forma para que Trump Victory detecte a activistas y voluntarios que más tarde podrían ser contratados como organizadores de campo pagados. Este esfuerzo inicial a pie de calle refleja una parte clave de la estrategia de los republicanos para 2020. Mientras los demócratas se enfocan en un escenario abarrotado de posibles candidatos presidenciales que no aportan ideas y propuestas interesantes y sólo recurren al discurso del odio a Trump, los republicanos trabajan ya para galvanizar la base electoral de Trump en un puñado de estados clave y hacer avances entre los votantes indecisos. Una estrategia claramente ganadora apoyada en las promesas cumplidas del presidente y sus logros en estos años.
Con equipos cada vez más amplios de directores estatales, el ejército de base se desplegará durante los próximos meses para registrar a miles de nuevos votantes que se inclinen por votar a los candidatos del Partido Republicano y a Donald Trump como presidente reelecto para un segundo mandato presidencial.