Revista Belleza
Bueno, ya es oficial, este año me voy de vacaciones. Si el destino lo permite y no estalla ningún holocausto zombie en los próximos seis días, la semana que viene por estas fechas me tendréis camino de Ávila con intención de deleitarme con sus murallas y de asistir al curso de verano de la UNED "Egipto va a conquistarte" (y así conseguir que mis frikadas históricas sean un poco más jugosas)
El caso es que como soy una especie de control freak de tomo y lomo ya he empezado a empaquetar, catalogar, listar y distribuir aquello que conmigo se vendrá a tan ansiado viaje y, cómo no, la primera parada en el mundo de los To Do es el neceser de viaje. Sobre esta materia, me debato entre dos opciones. Por una parte, mi yo consumista se muere de ganas de atacar Body Shop, Sephora y/o Rituals en busca de nuevas y deliciosas minitallas que catar. Por la otra, mi yo responsable me alienta a tirar de las que ya tengo a medio empezar aunque ello suponga tener que transportar el doble de botes.
En cualquier caso, y aunque el dilema no está ni mucho menos resuelto, esta situación me ha recordado que tenía pendiente hablaros de un neceser que me compuse en Kiehl's el año pasado cuando mi yo consumista venció de pleno en la batalla por un viaje a Reinosa. Los productos que adquirí fueron los siguientes:
Limpiador Ultra Facial Oil Free: Como recordaréis éste fue uno de los productos que sortee para celebrar el primer aniversario de mi blog y no es casualidad ya que, por aquel entonces, yo misma estaba disfrutando de mi minitalla y estaba con ella encantada de la vida.
Se trata de un gel/crema blanco perla, sin ningún tipo de fragancia reconocible, y que al mezclarse con agua hace una espuma densa, suave y muy agradable. Sinceramente, este producto me encantó ya que me gustó mucho cómo dejaba la cara, con una sensación fresca pero no tirante, y el resultado que logré con su uso continuado.
Además, estas talla de viaje que contiene 75 ml me parece que resultó un tamaño perfecto pues después del viaje en el que la estrené la estuve usando para ir al gimnasio y como salvavidas en general cada vez que me tenía que desplazar. Todo un acierto que recomiendo firmemente si sois amantes de los geles faciales y estáis en búsqueda y captura de nuevo fichaje.
Champú y acondicionador de Argán: Estos productos los mencioné hace tiempo en otra entrada aunque muy de refilón puesto que no tenía tiempo de entrar en materia. Hoy, sin embargo, os digo que no me gustaron demasiado y que no los recomendaría.
No sé cuál fue el problema pero el caso es que, con todo lo bien que olían estos productos y con lo fantásticamente que pensé que nos íbamos a llevar, el resultado ha sido totalmente opuesto. Lo cierto es que a mi pelo no le iban nada bien puesto que, o yo no supe aclararme como era debido en ninguna de las ocasiones en que los utilicé, o dejan el pelo excesivamente grasiento, opaco y sin brillo. Ya os digo que puede ser un erro de percepción mío debido a un mal uso pero, ¿qué queréis que os diga? Si en todas las veces que los utilicé no llegué nunca a aclararme lo suficientemente bien el pelo, está claro que no son productos para mi ni para mi ducha con poca presión y que tira de bombona de butano.
Una pena, porque sí, para mí olían a lomo de ángel.
En fin, con estas cavilaciones y mi debate interno me despido en este martes nubladete a la espera de que os haya gustado esta breve pero sincera entrada.
Un beso y hasta la próxima