¡Hola lectores!
A ver, que levante la mano quien no haya tenido eternos pendientes...
Sí, es inevitable. Esos libros que añades a tu lista, con los que dices: sí, lo leeré en cuanto termine el que estoy leyendo ahora, pero que pasan los días, semanas, años... y nada, que ahí siguen, muertos de la risa esperando a que te pongas con ellos. En mi caso surgen miles de excusas: es que ahora no tengo tiempo, es que estoy terminando una saga, leyendo este otro, es que ya no me apetece...
Y ya ni hablemos de esos pendientes que se acumulan -ya no en tu lista de deseos- sino en tu estantería. Eso es lo peor de todo, y lo que más nerviosa me pone a mí. Tener ahí libros acumulados pero sin ser leídos. Pero, a ver, ¿quién puede culparte? Con esas portadas tan preciosísimas, esas ediciones, ese olor delicioso que desprenden las páginas... pues cualquiera se resiste a comprar libros, aunque ya se tenga una buena montaña de pendientes.
En mi caso tener una lista larguísima de libros que leer a veces me angustia (que eso no quita que la tenga) así que de vez en cuando voy haciendo limpieza y quitando los libros que están ahí desde hace milenios y que sé que ya no voy a leer. Pero, por supuesto, son muchos más los que se añaden que los que se quitan. Si es que esto es un sin vivir.
En estos casos yo creo que lo mejor es proponerse retos. Anda que no habrá retos de leer pendientes, y con esa presión ahí, en mi caso funciona. Es un poco "obligarse" a leer, pero es que hay libros que como no te pongas firme, al final no los lees nunca, y en la mayoría de los casos te estás perdiendo historias increíbles. (Luego viene el famoso: ¿por qué no lo leí antes?).
Pendientes en mi estantería.