¡Hola lectores!
Desde hace tiempo quería traer a este sección el tema de dejar a medias un libro que no te está gustando. Abandonar la lectura, vaya. Mi forma de leer ha ido cambiando con los años y me he dado cuenta de que una de las cosas que más ha variado es precisamente esto.
Antes yo era super maniática con esto. No se si por presión personal, o en parte por la presión de blogger y de booktube, me sentía incapaz de abandonar un libro, aunque no me estuviera gustando. Por una parte era cabezonería propia. Si empezaba un libro tenía que terminarlo, dejarlo a medias hacía que me sintiera como si no hubiera cumplido. Además, en general por blogger y por booktube veía a un montón de personas que nunca dejaban libros a medias, que les pasaba lo mismo que a mí y que tenían que terminarlo sí o sí. Supongo que me contagié un poco de esto. Muy horrible tenía que ser el libro para que yo no lo terminara, aunque la lectura se me estuviera haciendo un suplicio. Con el tiempo he ido cambiando esta mentalidad. No quiero atacar, ni muchísimo menos, a las personas que son incapaces de dejar un libro a medias y que lo terminan sí o sí. De hecho, ahora las admiro, porque yo ya no soy capaz de hacerlo aunque quiera.
No se en qué momento decidí que abandonar libros que no me estaban gustando me vendría bien para mi salud mental, pero desde luego fue una genial decisión. Mi forma de ver el tema cambió bastante. Empecé a pensar que, con la de libros que me quiero leer a lo largo de la vida y que probablemente no voy a poder por falta de tiempo, es absurdo perder mi tiempo con una lectura que no me está gustando. Además, si he leído alrededor de un 40% del libro y no me está gustando, probablemente la segunda mitad tampoco me guste. Esa creencia de que "a lo mejor al final mejora" casi nunca funciona conmigo. En serio, el libro nunca mejora. Y aunque tenga un final de infarto, increíble, ahora pienso que unas últimas páginas de diez no compensan todo un camino insufrible.
Y en serio, creo que eso me ha ayudado mucho a disfrutar más de mis lecturas. Si un libro no me está gustando, fuera. A por otro. ¿Para qué seguir? Si empiezo un par de capítulos y me doy cuenta de que no estoy de humor o de que no me apetece ese tipo de lectura, lo dejo y me pongo con otra cosa, tal vez otro género. Ya tendré tiempo de volver a él cuando sea el momento.
El único "punto negativo" de todo esto es que ahora ya no tengo tanto material a la hora de hablar de las Peores lecturas del año o de hacer reseñas negativas, entradas que me encanta hacer. Ahora, las "peores" lecturas que tengo suelen ser libros que me han decepcionado porque esperaba más, o libros que he leído sólo hasta la mitad o que me he tenido que saltar bastantes páginas para poder terminarlos.