Revista Cultura y Ocio
¡Hola lectores!
Ay, releer libros. Esa acción que puede ser reencontrarte con un viejo placer conocido, o llevarte una auténtica decepción. Puede significar volver a la infancia, revivir sentimientos perdidos, o puede significar que se haga añicos ese recuerdo que una vez tuviste. Releer libros puede ser agridulce.
Por un lado, es maravilloso cuando te reencuentras con una historia después de mucho tiempo, y te vuelve a conquistar. Probablemente no lo hará como la primera vez. La experiencia nunca será la misma, eso está claro. Pero que bonito es cuando ese mismo libro que tanto amaste una vez vuelve a despertar sentimientos en ti, tal vez otros, o tal vez te haga revivir los viejos. Sin embargo, y el que ha releído lo entiende, volver a una historia después de mucho tiempo puede no ser lo que esperabas. Tú has cambiado, como persona, como lector, tal vez ya no te guste lo mismo que antes. Y aunque muchas veces vas mentalizado, la decepción llega igual. Tal vez veas el libro con otros ojos, la historia se te haga infantil, aburrida, mucho peor del recuerdo que se te había quedado. Cuando esto pasa, en parte, se estropea un poco ese recuerdo original tan bello.
Nunca he sido mucho de releer libros, con algunas excepciones, pero este 2021 tal vez sea mi año para ello. En marzo tuve una época adolescente total, me dio por ver un montón de películas ambientadas en institutos (hice una entrada sobre ello) y eso me llevó a releer dos libros de mi adolescencia: Un beso en París y El club de los corazones solitarios. La verdad es que no me he llevado decepciones, pero desde luego que no ha sido lo mismo que antes. Con Un beso en París podríamos decir que el chasco fue mayor. Ya no me sentía tan identificada con la protagonista, todas sus actitudes me parecían mucho más inmaduras y cansinas, cosa que por otra parte ya me esperaba y es de lo más normal. Me siguió pareciendo una lectura fresca, ágil y entretenida. Sin embargo, también entendí mucho mejor las críticas a St.Clair, el interés amoroso. En mi memoria, su comportamiento es mucho más justificable. Después de esta relectura, sigo pensando que se le puede perdonar por el hecho de que al final tiene 17 años y ni idea de la vida, pero encontré más difícil pasar algunas de sus acciones o comportamientos. Vale, sí, es un adolescente sin experiencia, pero chico, qué manera de mentirte a ti mismo y a todos los demás.
El club de los corazones solitarios fue un chute de nostalgia. Mi primer encuentro con el feminismo, me hizo revivir muchos momentos. Me lo devoré en una noche y es de esos libros que te dejan con un buen sabor de boca al acabarlos. Es de esos libros feel good, aunque a veces eso pueda significar que se pasa de happy flower. También me sorprendió ver el nivel de incomunicación entre los dos protagonistas, igual que pasaba con el anterior. Esto me frustró en ocasiones, no lo voy a negar. Y, después de tanto tiempo, a pesa del fuerte mensaje feminista y de sororidad que tiene, a pesa de ser una oda a la amistad femenina, en algunas cosas patina. Por ejemplo, Penny, la protagonista, a veces tiene comentarios sobre las chicas que no forman parte de su club, como dejando caer que son inferiores, menos listas, por no haberse unido, por no haber "descubierto" esa amistad. También tiene pensamientos despectivos hacia las chicas que se maquillan exageradamente o que parece que sólo buscan llamar la atención de los chicos, como si fueran barbies sin dos neuronas. En fin. Al final, este libro tiene ya casi ¡11 años! y son detalles que se perdonan. Fue un libro que me hizo volver a escuchar Los Beatles.
El último que he releído es Tierra de brumas, que lo tenía más reciente. Sin duda, ha sido el que más me ha vuelto a enamorar y a conquistar casi como la primera vez. Me ha vuelto a fascinar la pluma de la autora, me ha inspirado para escribir, me ha hecho querer reconectar con el realismo mágico y volver a este estilo. Sin duda, este es de esos libros que para mí han envejecido bien.
Después de todo esto, me quedo con ganas de releer más cosas. Quiero volver a leer la trilogía de Corazón de tinta, probablemente la saga de mi infancia que más he releído a lo largo de los años -exceptuando Memorias de Idhún- y la que creo que mejor ha envejecido. También quiero animarme con Jane Eyre, y quién sabe lo que vendrá después.