Aunque mi situación personal no ha cambiado mucho durante el confinamiento, porque llevo trabajando desde casa desde hace muchos años, sí he notado algo diferente.
Especialmente al principio, me costaba más concentrarme, notaba un poco de ansiedad y a veces incluso estaba más irritable.
Y es normal, porque no somos robots. Tenemos emociones y estos emociones son importantes, porque nos dan mensajes:
Nuestro foco de atención ha cambiado. Tras lo que estamos viviendo y lo que nos espera, lo extraño sería que siguiera igual. Ahora estamos más pendientes de las noticias, las fases del desconfinamiento, qué va a pasar con nuestros trabajos y cómo recuperar nuestras relaciones y aficiones