Como el aire que respiro, como las ilusiones encontradas. Tu yo y mi yo delirante, presa del pánico, de la imaginación susurrante. Espejismos de una imagen perfecta, de un disfraz a medida, de una luz apagada.
Y la mente que no deja de pensar, que no desconecta, que no encuentra el botón de apagado, que se agobia y se angustia en cada ¿y si? y en cada ¿y si no?. Rozando lo intocable, tus pensamientos en esta noche oscura. Tratando de encender una luz que despierte a tus sentidos dormidos y duerma a nuestros anhelos imposibles.
Irrealidad, sueño, fantasía , imaginación, verdad y mentira se dan la mano en un juego de seducción caprichoso. La barra de equilibrios en la que se decide si nos mantenemos o abandonamos.