Si buscas verdugos que ejecutaron la opción que tenías para encontrar un mínimo resquicio de felicidad con tu trabajo, serán muchos los que serás capaz de encontrar. Con estas respuestas, estarás poniendo el timón de tu vida en un agente externo. Mi felicidad depende de mi jefe, mi compañero, mi salario, mi promoción…
¿Y tú? ¿Qué papel interpretas en esta película? ¿El de víctima? Ese suele terminar mal en casi todas.
Te invito a que asumas el papel de protagonista de tu propia felicidad. Tú, eres el responsable de tu propia felicidad laboral. Sí, incluso, en estos momentos que vivimos y que nos acompañarán durante muchos años.
Uno de los puntos básicos que identifico para que puedas alcanzar la felicidad, no solo laboral, sino en cualquier área de tu trabajo es vivir en congruencia. Lo que piensas, dices y haces debe estar alineado. Esta alineación es una base primordial para que lleves una fantástica relación contigo mismo.
Es cierto, que todo el mundo tiene que trabajar (la duda me surge si cambio “tiene” por el “quiere”, pero eso es tema para otro post) pero el trabajo que realices debe seguir esa congruencia.
- Piensas.- El trabajo que realizo no me interesa para nada.
- Dices.- Estoy encantado con mi trabajo.
- Haces.- Lo mínimo posible para que los demás no descubran mi falta de interés por el trabajo.
En este caso vivirás en un estado de “incongruencia”. Tus creencias, valores y acciones están en conflicto. En ese estado es fácil que aparezcan quejas, inconformismo, malas relaciones con los compañeros o superiores, desmotivación, desinterés,… ¿quién es el culpable?
- Estar en un trabajo en el que no eres feliz ¿es culpa de tu jefe?
- Estar en un trabajo que no te interesa nada ¿es culpa de tu jefe?
Además tu lenguaje corporal dará señales de esa incongruencia. Recuerda que el lenguaje corporal tiene una relación directa con los pensamientos. Esas señales, son percibidas por los que te rodean, pues entre otras cosas ellos perciben tus:
- Gestos
- Postura corporal
- Expresión del rostro
Piensa ahora, si esa mala relación con tu jefe o compañero, pudo empezar por una falta de congruencia tuya ¿mejorará si empiezas a ser congruente?
Decidir ser congruente es un primer paso, serlo es una labor que lleva su tiempo y su esfuerzo.
Contar con un objetivo es fundamental. Saber hacia dónde te diriges te será de gran ayuda para ser congruente y alinear lo que piensas, lo que dices y lo que haces.
La auto-observación es otra herramienta que tienes a tu alcance para identificar si vives o no en congruencia. Comprueba si lo que piensas, dices y haces está alineado. Por favor, el examinador y el examinado eres tú mismo, no te hagas trampas jugando al solitario.
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