Revista Coaching

Tu mejor esfuerzo

Por Oscardamiang @oscardamiang

Tu Mejor EsfuerzoRecuerdo una frase que un familiar me dijo alguna vez: “esfuérzate al máximo, para que cada día nades mejor”. Yo estaba intentando nadar cada vez más rápido y notó que siempre hacia las mismas cuatro vueltas. Ese era mi brillante plan para nadar cada vez mejor, hacer siempre lo mismo.

En ese entonces, yo tendría unos 13 años, y sus palabras me llegaron en el momento más adecuado de mi vida, pues no lo he olvidado. Tal vez no pasó por su mente que esa lección se convertiría en una lección de vida para mí.

Comprendí lo importante del dar más. Continué nadando pensando en esas palabras, ¿qué me quiso decir? La cabeza me daba vueltas y estaba a punto de terminar mis cuatro cotidianas e inservibles vueltas.

Ya en el último tramo, y sin estar seguro del significado de su consejo, interpreté a que se refería que tenía que nadar más, sólo así, nadar más sin poner un límite. No me dijo haz una vuelta más, o dos o tres, sólo dijo “al máximo”.

Continué nadando, di la quinta vuelta casi sin problemas. Para la siguiente, me empezaron a doler los brazos, batallaba cada vez más para respirar coordinadamente, pero en mi mente tenía ya claro el objetivo.

Comprendí que el dolor que sentía no era malo, tenía que dejar que doliera, mientras los brazos respondieran a su forma. La falta de aire estaba llevando a mi cuerpo a conocer sus límites, puedo decir que de alguna forma me estaba descubriendo.

¿Cómo sabremos hasta donde podemos llegar si no nos esforzamos al máximo? Mi tío nunca supo que marcó mi vida, le bastaron tres segundos, un momento y una frase.

Entiendo que las metas nos sirvan para medir los avances y dirigir esfuerzos, pero no deben ser un límite. No debemos pensar en la meta como el fin, piensa en la meta como un método de medición.

¿Cuántos kilómetros correrás hoy? Una clásica pregunta llena de las más típicas, frías y vanas respuestas, como decir -5 kilómetros. ¿Por qué no contestar? - hoy corrí hasta que mi cuerpo tuvo que detenerse, llegué hasta donde nunca había llegado (seguramente más de los 5 kilómetros), esa es una mejor respuesta.

Una más, ¿abdominales? 30, 50, 200, ¡no! Lleva al extremo a tu cuerpo, no las cuentes, no tomes el tiempo, haz todas las que tu cuerpo te permita hacer, ya habrá momento en el que puedas “presumir” la cantidad de abdominales que haces.

En cada cosa que hagas en tu vida, deja todo lo que tengas, no desaproveches las oportunidades e intenta siempre ser el mejor.

Una persona vale por lo que hace, eso sin duda, pero puede valer aún más por lo que puede llegar a hacer. Descubrámonos cada día, haz más, siempre más, algo diferente. Esfuérzate al máximo y haz lo que te gusta, y lo que no te guste que sea porque ya lo has hecho.

Si estás en la escuela, presenta más calidad, pero no lo confundas con la cantidad. Si estás en tu trabajo, sorprende con tu creatividad, inténtalo. En los negocios es igual, no puedes hacer sólo lo que sabes, sé un líder y demuestra, prepárate, toca puertas, convence y convéncete a ti mismo que puedes hacer lo que te propongas.

Conviértete en el mejor Yo, haz de ti la mejor de tus versiones, no nades sólo tus cuatro vueltas y esfuérzate al máximo.


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