Revista Coaching
Actualmente ya no es preciso saber de memoria la lista de los reyes godos, ni que afluentes hay por la izquierda ni por la derecha de los principales ríos. ¡ Se acabó estudiar como un loro!. Los niños aprenden principalmente a buscar información, a saber filtrarla y a utilizarla en el contexto adecuado.
Gracias a los ordenadores, calculadoras y agendas electrónicas no necesitamos memorizar muchos datos, pues fácilmente tenemos acceso a ellos. Google y otros buscadores son nuestros aliados. ¿Pero qué ocurre cuando no disponemos de ellos? ¡Gran tragedia!
Si no tienes cobertura o se te ha acabado la batería, puedes convertirte en un perfecto ignorante; quizás no sepas ningún número de móvil de memoria y puede que necesites hacer una división y te resulte complicado. ¡Hace tanto tiempo que haces todas tus operaciones con la calculadora….!
También te puede ocurrir que tu memoria sea frágil. Te presentan a alguien, te dice como se llama y al instante lo olvidas. Pasas apuro, porque no te atreves a preguntárselo otra vez y sabes que no hay nada que halague más a los humanos que el que se dirijan a ellos por su nombre.
Has aparcado el coche en un gran parking, sales deprisa y cuando vuelves te es imposible recordar el número de la plaza en que lo has estacionado. Debes recorrer varias plantas hasta dar con él, con la consecuente pérdida de tiempo y acumulación de estrés.
Cierras la puerta de tu casa y te dejas las llaves dentro. La factura del cerrajero, en este caso, será la mejor herramienta nemotécnica.
Los olvidos nos acarrean problemas y son los culpables de muchas horas de improductividad.
Pero tranquilos,
La memoria es una función del cerebro que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar información. El cerebro humano contiene unos 100.000 millones de neuronas y 100 billones de interconexiones entre esas neuronas Aunque a ciencia cierta nadie sabe la capacidad de memoria del cerebro, las estimaciones varían entre 1 y 10 terabytes. Según el científico, Carl Sagan, tenemos la capacidad de almacenar en nuestra mente información equivalente a la de 10 billones de páginas de enciclopedia.
Capacidad pues, tenemos de sobra, sólo falta ejercitarla. He recogido unas cuantas formas de mejorar y aumentar nuestra memoria.
En primer lugar veamos la diferencia entre memoria a corto plazo y a largo plazo.
La memoria a corto o “memoria operativa” es capaz de memorizar un dato por un período de tiempo muy corto. Como mucho uno o dos minutos.
Por ejemplo, si consultamos un número de teléfono en una guía telefónica, memorizamos el número el tiempo suficiente para marcarlo, olvidándolo inmediatamente después de haber realizado la llamada.
La memoria a largo plazo es un almacén de nuestro sistema de memoria y nos permite almacenar información por largos períodos de tiempo, incluso para toda la vida, si el dato, según nuestro criterio, lo merece o si lo repetimos asiduamente. Los datos se organizan de forma codificada. Durante este proceso de codificación, la información similar que ya se posee se recuerda y se utiliza para ayudar al proceso de consolidación de la nueva información. La información nueva y la pasada se comparan, una parte del proceso de almacenamiento radica en guardar las semejanzas y diferencias .Los recuerdos nuevos no se archivan aleatoriamente en el cerebro, sino que lo hacen por medio de la asociación directa con otros recuerdos similares, ya existentes. Retener un recuerdo va a sernos más fácil si ya disponemos de información parecida o complementaria, archivada anteriormente.
Para retener algo a corto plazo, sólo lo tienes que repetir a coro, sin preocuparte del significado de lo que repites. P.ej. un número de teléfono para marcarlo.
La memoria a corto es la que da sentido al bombardeo de información que recibimos y actúa como un tamiz, decidiendo entre aquello que será almacenado y lo que caerá en el olvido.
Para recordar algo deberás tener interés en hacerlo y comprender su significado y si no tiene sentido propio como una lista de números o letras, utilizar alguna técnica nemotécnica para dárselo o asociarlo con algo que sí lo tenga. Nuestro cerebro archiva la “información nueva”, siempre asociándola a la ya existente.
(Existe también una memoria involuntaria cuando por ejemplo una aroma nos evoca y transporta automáticamente a un tiempo específico de nuestro pasado).
A mi me resultaba muy difícil acordarme de las fases de la luna. Mirando al cielo no recordaba nunca cuando este satélite estaba en cuarto creciente y cuando en cuarto menguante. Hasta que me dijeron: Acuérdate” la luna es mentirosa”: Cuando está en cuarto Creciente tiene forma de D y cuando está en menguante (Decreciente) tiene forma de C. No se me ha olvidado nunca más.
Para facilitar las cosas, existen trucos y reglas nemotécnicas, en Google podéis encontrar de las más variopintas.
Particularmente las visualizaciones y la asociación de ideas son lo que mejor me funcionan:
Aquí os dejo varios ejemplos:
Cuando me presentan a alguien, repito su nombre: Encantada, Ana; Hola, Pedro. El sonido de mi voz me consolida el recuerdo del nombre. e intento visualizar la cara de esta persona y vincularla a su nombre o bien asociarlo con alguien que se llame igual y conozca bien. (Como mi prima, mi jefe etc:. asociando ambas personas).
Para memorizar un número de teléfono me sirve el repetirlo varias veces en cantarela y escribirlo también varias veces para visualizarlo. No tengo paciencia para recordar trucos nemotécnicos de asociar letras con números o palabras. El aprenderlo por grupos de dos o tres cifras a coro me sirve.
Asociar algo curioso con lo que quiero recordar. Por ejemplo, lo dicho de “la luna es mentirosa”.
Los días que tiene un mes. Aprendí la cantarela "Treinta días tiene noviembre, con abril, junio y setiembre; veintiocho solo hay uno, los demás son treinta y uno".
Para memorizar el piso en que viven unos amigos lo relaciono con algo inventado. p.ej. 1º 2ª (12 apóstoles comiendo en su casa) 2º2ª (dos patitos en la puerta) etc.es un poco inverosímil, pero me funciona.
Lo importante es repetir la información, darle un particular sentido y consolidarla. Luego, habrá que refrescarla de vez en cuando, pues si no quedará aletargada en el fondo de nuestra memoria y nos resultará inaccesible.
Espero que os hayan servido estas ideas.
Os aconsejo por último memoricéis, al menos, un teléfono de alguien cercano a vosotros, el de información telefónica y el de emergencias. ¿Por qué, puedes preguntar, si voy con mi PDA a todas partes? Pues, por si vas a la playa, te roban y te quedas solo con el bañador puesto.
Que tengáis un buen día,
Montse
Referencias: Wikipedia
El poder de la Memoria, de Ursula Markham
Cómo ejercitar y potenciar la memoria de Nora Rodríguez y Richard Gold
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