de Julia Navarro.
Título: Tú no matarásAutora: Julia NavarroEditorial: Plaza y Janés, 2018.Páginas: 992.
SINOPSIS.
Fernando, joven editor hijo de un republicano represaliado, decide huir de una España abatida por la Guerra Civil junto a sus amigos Catalina y Eulogio. Los tres son esclavos de los secretos que los acompañan y que los empujan sin remedio a vivir lejos de los suyos.
Una historia absorbente que nos habla sobre la culpa, la venganza, el peso de la conciencia y los fantasmas que nos persiguen y condicionan nuestras decisiones.
IMPRESIÓN PERSONAL.
He vuelto a probar con Julia Navarro y eso a pesar de que las 992 páginas de entrada te echan para atrás nada más ver el "tocho" y es que sigo intentando volverme a encontrar con una autora que hace años me sacaba de crisis lectoras. No quiero decir con esto que la novela no me haya gustado. No exactamente, pero vuelve a pasarme como la novela anterior de Historia de un canalla: me sobran páginas, muchas páginas y no consigo sintonizar con los personajes. Intento explicarlo.
Tu no matarás es la historia de Fernando, Catalina y Eulogio, tres amigos de infancia que viven en Madrid durante la posguerra española, una época de penuria, venganzas y traiciones en las que las denuncias a los españoles del bando perdedor están a lo orden del día y en la que se sigue fusilando a gente como si aún estuviéramos en guerra, con total impunidad y sin ningún tipo de juicio o sucedáneo que se le parezca. En ese ambiente, la autora nos presenta a Fernando, hijo de un editor republicano que está en la cárcel y posteriormente, fusilado sin que su familia sepa nunca el lugar en que reposa su cuerpo. También conocemos a Catalina, una atolondrada y mimada hija de una familia de alto abolengo, que aunque a veces presenta visos de feminismo cuando busca su autonomía, en el fondo y de forma reiterada repite unos esquemas, aparte de cansinos por repetitivos, totalmente conservadores; y finalmente, conocemos a Eulogio, amigo de los dos anteriores, discapacitado por una herida de guerra cuando defendía los colores de la República, y por tanto, del bando perdedor. Los tres viven con sus familias (Fernando y Eulogio con sus madres y Catalina con sus padres) y las tres familias pasan por momentos muy duros en la posguerra; sobreviven a la miseria, cada uno como puede; al miedo a ser denunciados y encarcelados y, en el caso de Catalina, por ser mujer, a ser hasta prácticamente intercambiada por una deuda impagable. A ninguno les sobran motivos para cambiar de vida y tomar decisiones tajantes como toman alejándose de Madrid y de sus familias, de todo aquello que quieren.
Y es en este punto en el que os explico mi primer "pero" a esta novela. La autora repite y repite a los largo de las páginas y en diferentes momentos de la vida de los protagonistas los motivos por los que se marchan, los objetivos de cada uno de ellos, sobre todo, los de Catalina que se basan en una obsesión digna de estudio por un psiquiatra y a la que se entrega de por vida. Me ha resultado agotador leer una y otra vez lo que quiere Catalina y lo que persigue, las razones que le dan sus compañeros de viaje para que cambie de opinión y la obsesión de ella durante toda la novela. También me ha resultado cansino las motivaciones de Fernando, no porque no las entienda o comparta, sino porque se repiten múltiples veces a lo largo del libro así como su "obsesión" por Catalina y su cobardia para emprender una nueva vida. Seguramente sea de Eulogio de quien menos se repitan motivaciones pero se repiten de su madre y de su manera de actuar. En fin, que sin entrar más en detalle, me sobran páginas y peso a pesar de que el fondo de la historia y lo que la motiva sea afortunado.
Al margen de estas repeticiones, no he conseguido conectar con la personalidad de los personajes. A pesar de todas las vicisitudes por las que pasan, acontecimientos que cambiarían hasta a un tabique de hierro, ellos siguen impasibles con sus teorías y "gazpachos" mentales como si no les estuviera pasando nada en la vida o no estuvieran conociendo otras culturas o formas de vivir totalmente diferentes a las que han dejado atrás en Madrid. Son personajes que no evolucionan a pesar de pasar por situaciones traumaticas que cambiarían a cualquiera y como no cambian en nada, sus razonamientos se repiten y resultan agotadores psicológicamente. Fernando me ha resultado desesperante, insolidario y egoista y un perfecto perdedor. Catalina no la iba ni a nombrar porque me ha desesperado hasta el infinito. Sus motivaciones que podrían ser legítimas en un principio para la época en que vive, luego con lo que vive y con quien se relaciona, no tiene sentido que siga inmóvil en los años 40 españoles. Y Eulogio, que es el más centrado de los tres, tiene capítulos incomprensibles dada su condición personal, que no desvelaré aquí.
¿Que es lo que más me ha gustado? La ambientación y todo el reflejo histórico que se desprende en cada página de la novela. Ese Madrid de los años 40, oscuro, lleno de miedos y miserias, donde unos abusan de pertenecer al bando ganador si además de ganar tienen dinero y la mayoría se muere de hambre, hayan ganado o perdido la guerra. Un Madrid de curas que llenan cabezas de más miedo y mandan en sus barrios y de viudas con velos negros que acuden a misa a diario. Y Alejandría, la ciudad a las que los tres amigos huyen, luminosa, cosmopolita, con una mezcla de culturas impresionante, una gastronomía diversa y sabrosa pero también una ciudad donde confluyen espías y redes secretas de personas que salvan vidas en una Europa azotada por la II Guerra Mundial. Y París, con sus buhardillas y sus librerías de viejo donde todo es posible, hasta que en plena guerra los libros sigan editándose y haya gente que pelea para que los libros no sean descubiertos y quemados.
En definitiva, creo que la historia que Julia Navarro nos cuenta está bien perfilada y bien armada, con una buena base y una época que evoluciona digna de ser contada, una ambientación magnifica con unos escenarios donde el carácter de los espacios se palpa, pero todo esto lo podía haber conseguido igualmente con la mitad de páginas y unos personajes que evolucionaran a lo largo de sus vidas. La vida es lo suficientemente larga como para evolucionar a lo largo de los años ¿no os parece?.