Revista Sociedad
Nota: Ha fallecido el pilar fundamental de mi vida, la compañera a la que tanto he amado y amaré siempre. Mi corazón está vacío. Ella ha dejado una profunda huella en todos sus alumnos. Una maestra excepcional y una persona maravillosa que solo pensaba en los demás. A ella está dedicado estas palabras "Tu para siempre".
Pedro Pozas Terrados
Cada hoja caída, es un recuerdo en mi corazón, un beso a la esperanza, un abrazo a la vida. Pero el banco está vacío lleno de recuerdos. Te has ido al otro lado del muro, donde las alambradas separan dos universos, dos caminos distintos unidos por el rayo de luz que compartimos en vida, por el colorido de un otoño que se ha tornado triste y un camino partido, donde las ilusiones han volado contigo y a mí sólo me queda llenar mi corazón vacio de tu presencia y tu sonrisa.
Mis lágrimas no me dejan ver el horizonte. Mi vista se nubla más allá de tu mirada. Mi voz tiembla por el dolor que ha sentido en tu marcha. Mis palabras se quedan mudas ante tu sola presencia, donde los versos se convierten en ríos de sentimientos que afloran bajo mi piel ya marchita. Tu voz, es un dolor no poder escucharla, no poder sentir el calor de tus manos y la acaricia de tus ojos.
Has dejado una huella imborrable en todos los que te han conocido y eso me llena de orgullo al haber compartido mi vida con una persona tan admirable y sabia como tú. Dicen que el tiempo borra las yagas del pasado, pero para mí nunca será un pasado, sino siempre un presente, donde tu corazón me seguirá dando fuerzas para seguir en este escabroso sendero hasta que nos encontremos en ese túnel que une la Tierra con las estrellas y luceros del cielo.
Las hojas caídas son también mis lágrimas infinitas en el jardín privado de nuestra existencia, la alfombra que cubre nuestra piel donde nuestros sueños florecidos han caído agotados buscando la tierra que da origen a la vida.
Que este canto, que esta tristeza abierta, sea símbolo de nuestra unión y que allá donde estés, las flores del jazmín te acompañen siempre creando ese amor que sólo tú sabes mostrar, que solo tú sabes dar y que sólo tú sabes amar.
Ahora me toca a mí caminar en la soledad de tu presencia, junto a nuestras hijas, solventando los obstáculos de la vida y aunque tenga el corazón vacío sin tu presencia y amor, llevaré la mochila bien cargada de tus recuerdos, dándonos energía desde el lugar donde estás, marcando siempre el rumbo de nuestra existencia.
Tu sacrificio, tu gran sufrimiento, siempre estará marcado a fuego en mi alma. Hemos estado siempre juntos en esta aventura de la que ha tenido un final no esperado. Tus lágrimas han sido las mías, pero siempre has tenido una fortaleza impropia de una persona enferma, queriendo que nadie se preocupara por tu estado. Has sido muy fuerte y una heroína llena de amor y bondad. Jamás podré olvidar que a pesar de tus fuertes dolores continuados te preocuparas por todos y cada uno de nosotros.
Siempre serás el faro que alumbrará mi camino a partir de ahora en mi vida y tu luz será la senda por donde mis pasos caminarán sin miedo y donde mi voz se sostendrá con el pilar que juntos hemos construido.
Espero que allí arriba desde donde nos estás mirando ahora, seas feliz y que hayas llenado tu alma de la fuerza del universo, de la paz de las estrellas y de un corazón infinito. Has dejado una gran huella en la Tierra, una semilla florecida de pétalos y una esperanza viva que junto con la estela de tu amor, siempre estarás presente en nuestro corazón.
Pedro Pozas Terrados
CRÓNICA DE TRES CANTOS:
Leonor era una excelente educadora del Colegio Público Antonio Osuna de Tres Cantos. Todos los alumnos que han pasado por sus clases, la recuerdan con mucho cariño además de de ser una maravillosa profesora que estaba de forma continua atenta a los avances de sus alumnos. Se hacía querer, además de llevar un método enseñanza donde todas/os en clase avanzaban en el conocimiento.
Nunca ha tenido reproches de los padresde sus alumnos a los que trataba de una forma especial y todos la recuerdan con su sonrisa y simpatía siempre, con esa profesionalidad que la hacía destacar en el Colegio. Muchos alumnos suyos que ahora están en la universidad y que se han enterado de su marcha hacia lo desconocido, han quedado impactados, muchos de ellos la fueron a ver llorando al velatorio. La capilla del Tanatorio de la Paz se lleno al completo, quedando muchas personas en pié. Sin duda había muerto una persona importante para los tricantinos y sobre todo para el corazón de cientos de niños que la recordarán para siempre.
Leonor además de ser una educadora especial de compañeros, alumnos y padres que la querían, era también una madre sensacional para sus hijas a las que apoyo en todo momento en sus carreras, guiándolas en sus estudios y en su educación.
Su muerte ha sido un duro golpe para Tres Cantos en la que se espera que algún día sea reconocida por los ciudadanos de esta ciudad como se merece. Leonor se entregó en cuerpo y alma en educar a las futuras mujeres y hombres de Tres Cantos y se merece un reconocimiento y una despedidamasiva. Ella era todo amor y bondad hacia los demás.