Tu pensamiento positivo

Esto que te cuento ahora a mí me costó entenderlo. Casi me ponía cabezón y tozudo. Sin el casi. Hace tiempo, lo normal en mi era buscar la crítica negativa o pensar en lo que podía salir mal. En mi educación y, probablemente, en la tuya, focalizar en lo que haces menos bien para mejorarlo es lo normal.

En mis sesiones de coaching personal y en mi vida diaria, hago énfasis en el pensamiento positivo. Ese pensamiento que construye, crea y mira hacia adelante.

Esa persona que dice que hoy tiene un día estupendo y seguro que llega alguien a estropeárselo, está llamando al universo, para que interceda y, lógicamente, pase algo desagradable.

A mí me resuena mucho mejor decir que hace un día estupendo del que voy a disfrutar y compartir con las personas que me encuentre o desee hacerlo.

Las diferenciaciones entre lo bueno y lo malo, si las transformas entre lo bueno y menos bueno, tienen un significado muy diferente.

Los pensamientos negativos no te preparan para un futuro apetecible. Si eliges un camino dibujado por pensamientos negativos tendrás que aceptar caminar por una ruta limitante que la vas reforzando con los típicos… “Ya te lo dije” o “Ya te lo avise”… con esos tonos de voz que tanto daño hacen a las relaciones personales.

Para mejorar nuestra comunicación, es recomendable, caminar por la senda alternativa del pensamiento positivo. Esa creación de nuevas rutas neuronales impregnadas de positivismo son las que te llevaran al éxito en lo que emprendas en tu vida personal o profesional.

Otro ejemplo. Tengo un amigo que llama Ruperto. Tiene una habilidad especial para encontrarle errores de lógica a las películas. Durante ellas, se focaliza en esos errores y se pierde multitud de detalles positivos del resto de la película.

Hace unas semanas, le propuse un juego. Que aceptase todo lo que apareciese en la película y que se permitiese disfrutar de la intención positiva del espectáculo. Posteriormente, me tenía que contar la película para convencerme y fuese a verla.

Su cambio le sorprendió a él mismo. Me contó la película con una pasión que me recordaba a mis hijos cuando algo les ilusiona y lo quieren sí o sí.

¿Te apetece cambiar? Únete al pensamiento positivo.

Si te ha resultado interesante, te pediría, que lo compartas entre tus redes sociales.

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