Son las palabras con las que Hipatia, la protagonista de la espléndida película Ágora, contesta al que fue su discípulo cuando éste le quiere imponer la fe cristiana. Su antiguo alumno ya no está en condiciones de responder a la pregunta, ha elegido la seguridad y el estatus social, dejando encerrado a su espíritu científico. No lo ha hecho de forma consciente. Entre los regalos de las creencias el más considerado por nuestro ego es el sentirse seguro dentro de un grupo, y si es mayoritario, mejor que mejor. Ésta es una tentación para cualquier científico y es la base del cientifismo, que antepone el sentirse seguro y respaldado al verdadero espíritu científico. Necesitamos científicos empoderados que no teman exponer sus ideas y que, a la vez, sepan escuchar con respeto e interés la de los demás.
El diálogo entre todos los conocimientos, procedan de la cultura que procedan, es inherente a la definición de ciencia. El corporativismo es como querer concebir incestuosamente, sin tener en cuenta la riqueza exterior.
En el Nuevo Paradigma Científico se contempla a cada ser humano como una fuente de conocimiento, convirtiendo a todos los individuos en científicos de la vida. La nueva educación debe enseñar a los alumnos a abrir el grifo de esa fuente. ¿Os imagináis una humanidad en la que todo el mundo se convierta en manantial de conocimiento para los demás….? . No serían necesarias las grandes corporaciones queriendo velar por nuestra “seguridad”. Cada persona expresaría libremente sus dones, por lo tanto daría lo mejor de sí misma a los demás.
Hipatia probablemente no llegó tan lejos en su imaginación, pero sí nos deja un ejemplo de valor, no sólo ante sus opresores, sino también ante sí misma, al ser capaz de escapar de su propia creencia, que le decía que los astros tenían que moverse en círculos, porque ésta figura simboliza la perfección. Saber mirar fuera de esas premisas que nos encarcelan exige primero hacerlas visibles. Por eso, si queremos que nuestra ciencia evolucione, es un paso prioritario darse cuenta de que la mente crea a través de creencias, y que es el tamaño de éstas lo que realmente nos está limitando.
Os propongo un juego: escuchar un coloquio del programa radiofónico “Luces en la oscuridad”, en el que intervine junto con dos profesores universitarios; el tema era la teoría darwinista. El juego consiste en detectar las creencias científicas que había sobre la mesa, sin emitir ningún juicio sobre las personas (esto es de vital importancia para poder desvelarlas). Luego, viene la parte más interesante: llevarlo a nuestro interior para descubrir nuestras propias creencias limitantes.
El coloquio dura una hora, si quieres “jugar” pincha en la siguiente dirección, ¡qué disfrutes!
http://www.lucesenlaoscuridad.es/grabaciones.php?elemento=1921