Revista Cultura y Ocio
Se diluyen los acordes bajo el silencio de la aurora.
Fantasías,
asoman como ilusiones.
Mis lágrimas,
recorren el rostro
cuando escucho la serenata
de aquellos versos de Neruda.
Cánticos,
de una tarde llena
de pensamientos al alma.
Mi memoria, atrae
tu rostro desde lo lejano.
Vago,
por aquellos renglones
que el poeta con su mano
rozaba el invisible
sentir de los cuerpos.
Vago,
con el suspiro de
la barca que vi partir.