La última vez que estuvimos en Túnez, dedicamos la mayoría del tiempo a conocer en profundidad las ruinas romanas de Cartago y el Museo Nacional Bardo, con la mayor colección reunida de mosaicos en el mundo. También dedicamos algo de tiempo a una visita un poco apresurada a Sidi Bou Saïd con la noche ya encima. Nos permitió ver este encantador pueblo con sus calles y tenderetes iluminados, pero nos perdimos la maravillosa luz que se disfruta en un día soleado y que hace resaltar el colorido de las puertas y ventanas de cada una de las casas de Sidi Bou Saïd.







Puerta de Francia

Una de las entradas a La Medina

Lo más cerca que pudimos estar del patio de la Gran Mezquita

La fastuosa Mezquita Moderna. Todo un derroche de materiales nobles

Encantadoras y caras viviendas en Sidi fuera del circuito turístico
