Revista Viajes
Fecha del viaje: Junio 2014 Extracto de Mi Diario de Viajes: Después de desayunar temprano salimos del campamento Bibane para llegar a Matmata, donde nos alojamos en una casa subterránea convertida en hotel. El hotel Marhala es una pieza de museo donde se muestra claramente lo que es una vivienda al estilo troglodita.
El recepcionista muy amable nos enseña dos opciones de habitación, dándonos un precio más que razonable con media pensión y como que no hay demasiadas opciones fuera, aceptamos. Es como si una bomba hubiera agujereado el suelo formando un círculo perfecto.La habitación cueva da a un patio principal sin techo, así que por la noche se pueden ver las estrellas. Estas casas permanecen encaladas y esto hace que la temperatura se mantenga durante todo el año a unos 17 grados centígrados, haga la temperatura que haga fuera. Los bereberes se acostumbraban a vivir en este tipo de casas pues los alimentos se conservaban bien durante todo el año y así también disponían de calefacción y aire acondicionado al natural. Subiendo por un lado de la casa se puede apreciar la forma que tiene circular. Estos cráteres se formaron cavando porque la roca es muy porosa. El paisaje que rodea a Matmata es lunar. Es un pueblo de 1500 habitantes y es árido y rocoso. Es desierto pedragoso y se encuentra a unos 800 metros sobre el nivel del mar por lo que no hace una calor excesiva.
Damos un paseo y nos dirigimos primero al Museo Bereber ubicado en otra casa típica trogodita donde entramos por un largo pasadizo que lleva a un patio central con un pozo y una rueda de molino para aplastar las olivas . Este museo está gestionado por mujeres que se dedican a la confección de alfombras y a las llaves tradicionales. Estas llaves que llegan a medir hasta 30 centímentros, sirven para liberar las puertas tradicionales que se cierran con pasadores de madera traspasando los muros.
Hay varias habitaciones donde escenifican la vida rural bereber y los utensilios típicos de labranza, el telar y otros objetos de la casa. A unos metros vemos otra casa que permanece vacía pero que nos llama la atención pues hay un gran letrero para visitarla. Entramos pues es también en otra de las casas museo, pero no hay nadie.
Nos acercamos ahora para curiosear en el Hotel Sidi Driss, donde George Lucas rodó una de las escenas de "Star Wars, la amenaza fantasma". Aunque nos decepciona un poco,áun se conservan los cochambrosos utensilios que hizo construir de hierro para la película y que sirvieron de decorado. No me extraña que viniera a este lugar a rodar por ser un lugar espectacular lleno de agujeros en el suelo pareciendo un queso gruyère todo el pueblo. Por el camino nos acompaña un señor que viene de comprar el pan y nos comenta que este es un pueblo muy tranquilo pues apenas vienen turistas ultimamente, el tiene una fábrica de "narguiles" pipas de agua. Cuando llega a su casa, nos desea que tengamos un buen paseo. Una niña también lleva dos barras de pan gigante, tan grande como ella. Le pregunto su nombre en francés pero no me contesta, debe tener unos siete años, quiere salir en la foto que voy a hacer y posa para mi sin decirle nada, parece ser a esa edad es cuando empiezan a estudiar francés, por eso no me decía nada. Haciendo el gesto de adiós con la mano, se va con sus barras de pan camino a casa . Esto nos recuerda que se aproxima la hora de la cena en el hotel donde acudimos puntualmente a eso de las siete . El restaurante es otra cueva donde nos sirven un rico menú de ensalada, salsa harissa, brique de verdura y patata y pollo estofado. De postre sandia, nos sentimos como en casa. Y nos vamos a descansar y a disfrutar de nuestra habitación cueva.