No hay día que pase sin que desde fuera del Partido Socialista sintamos que los movimientos internos van creciendo y no anuncian claridad. Nada bueno porque no se vislumbran salidas a una situación mala, mala, mala. No se ve modificación de comportamientos organizativos, ni de políticas ni de mensajes. No conozco la vida interna del partido, quizás se estén produciendo, pero no afloran debates, si movimientos, pero no debates, parece como si todo el mundo estuviera esperando a los resultados de las elecciones, para después soltar todo el lastre acumulado.
Zapatero repite un mantra últimamente, ‘centrar la campaña del 22 de mayo en la gestión local’. Toma ya, que alivio para los líderes locales, dicen muchos. Yo pienso que se trata de un nuevo error. Se pretende obviar la situación general haciendo referencia a que las elecciones son locales y por tanto se eligen personas cercanas a los votantes susceptibles de olvidar la situación global y los líderes nacionales. Mientras tanto el PP lanzando cada día mensajes generales, estado bienestar parido por ellos, apoyo a nucleares, paro galopante, etc. y los programas concretos, ya harán la lista.
Creo que es un nuevo error, porque la situación general tiene mucha mayor fuerza que cualquier situación local e influirá con mayor peso en los votantes clásicos socialistas, su base social más firme, pero también influye poderosamente en su base centrista o más basculada al centro derecha. La gestión de la crisis ha sido nefasta por parte del Gobierno y por parte del Partido Socialista, los barones, los cargos intermedios, los líderes locales tienen gran parte de culpa en los errores de gestión del Gobierno y del partido, pretender que ahora el electorado distinguirá entre unos y otros es confiar demasiado en que apreciarán diferencias sustanciales, cuando no las hay. El exceso de individualismo no es culpa de un individuo.
Es cierto que las encuestas dan porcentajes extremadamente bajos de confianza (20%) en el Presidente del Gobierno y en Rajoy, lo cual lleva a pensar que ambos políticos están amortizados, pero llevar el grueso de la discusión a la disputa entre líderes es cegarse ante la realidad de las diferencias globales en preferencias electorales a unas u otras siglas, que también reflejan las encuestas. Y lo que se vota en España son principalmente partidos políticos, marcas, siglas, se votan ideas globales, usted vota a los suyos incluso maldiciendo a los candidatos e incluso en contra de algunas de sus políticas, siempre que globalmente esté de acuerdo. A mucha distancia se tienen en cuenta las personas, los candidatos, así que apartar a Zapatero de la campaña con la pretensión de que no se le vea y/o de que se perciba mejor a los líderes locales poco va a cambiar el resultado, y sigue pecando de la misma deriva individualista.
Las turbulencias del PSOE, tienen que ver con la gestión de la crisis económica internacional en su repercusión española, con la ceguera y gestión de la crisis económica típica española, con el fin del ciclo mundial que ha establecido el surgimiento y explosión de los emergentes, con el cambio generacional en el partido, con los problemas demográficos españoles y europeos, etc. etc. cuestiones todas que han sido desatendidas por el colectivo de líderes locales, regionales, nacionales, sectoriales y relegadas las respuestas colectivas a criterios excesivamente individuales.
Lo que la base social de la izquierda aprecia es una nube de polvo que no permite ver con claridad, todo está borroso, al PSOE le falta discurso desde hace varios años y no se puede sustituir por arreglar aceras, hacer polideportivos, centros cívicos o parques urbanos. Las acciones concretas son imprescindibles, algunas de ellas, pero solo tendrán sentido si encuentran lugar en el discurso global.
Pretender que ahora el electorado piense en clave de ciudad, olvidando los problemas globales tendrá poca rentabilidad electoral, sobre todo si se abandona, si se olvida lo global. Creer que el problema del paro en España lo pueden resolver los ayuntamientos es una locura y un error que llevará a perder tiempo y esfuerzos.
Y se está haciendo una y otra vez. Tenemos problemas de energía muy serios, y se han concentrado en un discurso timorato, raquítico, de cuestiones secundarias, que no afronta el problema general ni le da contenido global. Ni siquiera el subtema del ahorro energético se le da consistencia global, tan importante como es dentro del conjunto del problema energético. Toda la estructura del Partido Socialista en silencio en espera de lo que diga uno o dos individuos del Gobierno.