Con la llegada del “40 de mayo”, la proximidad de las vacaciones, la longevidad de los días y el intenso calor que ya se deja entrever, la estructura turística se prepara para atraer al mayor número de visitantes, pero también para intentar responder realmente a sus expectativas.
Atrás quedan ya aquellos años en los que los turistas buscaban únicamente sol, playa y paella. Aunque este reclamo sigue tendiendo vigencia actualmente, la exigencia de los viajeros ha ido paulatinamente en aumento. Por ello, el marketing turístico ya no se centra únicamente en comercializar destinos, sino más bien en generar experiencias irrepetibles que motiven una repetición. Por tanto, además del dónde y del cuándo, el qué y el cómo también atañe a vendedores y a usuarios. De ahí la creciente importancia tanto de la marca ciudad como de la comunicación turística. Más allá del entorno geográfico, otras propuestas adicionales y complementarias al propio lugar físico como son la gastronomía, la práctica del deporte, el shopping, y/o el patrimonio cultural,…unido a un servicio adaptado a las necesidades del cliente, condicionan las decisiones finales de dichos públicos.
arztsamui / FreeDigitalPhotos.net
De igual modo, si antes los viajes eran improvisados o planificados vía agencia, ahora las nuevas tecnologías ofrecen un sinfín de posibilidades para poder encontrar toda la información necesaria al respecto, filtrándola y comparándola convenientemente. No obstante la competitividad online resultante ya no se basa únicamente en precio, aunque es importante dadas las circunstancias. Pero igualmente lo es la calidad y, sobre todo, la originalidad del servicio y de su presentación. Porque los viajes de ocio deben generar confianza a través de la propia promoción, pues representan momentos de desconexión, disfrute y sosiego.
La creatividad entra así de lleno en la comercialización turística y lo hace con una doble finalidad estratégica: por una parte, para crear un producto turístico atractivo y convincente con valor añadido diferenciador y, por otra, para vender dicha oferta adecuadamente. Porque en relación a un destino no es lo mismo visitarlo que disfrutarlo e, incluso, disfrutarlo en más de una ocasión.
Periódico ESCAPARATE. Suplemento de economía (Junio-Julio 2014)